Siempre me han impresionado cosas que quizá ya son causas perdidas. No siempre son populares e incluso, pueden parecer raras. Sin embargo, este fin de semana, tras la muerte del gran José José, empecé a reflexionar lo impensable: ¿qué sucedería si el pueblo entero se indignara de igual forma cuando una violación a los derechos humanos está sucediendo sin que nadie la detenga?
Los dolores nacionales son importantes. Entiendo
que el príncipe era un ser muy amado en nuestro país.
Un gran artista. No digo que no deberíamos indignarnos por la situación de su familia, pero podría usted
imaginar si esa misma energía la utilizáramos para exigir que pare la impunidad que ha imperado en México?
Me intriga saber lo que ponderamos en el imaginario nacional, ¿qué es lo que nos mueve a una inminente
protesta? ¿qué nos indigna? ¿por quiénes vale la pena levantar la voz?
El 1 de octubre, mientras todo esto se desarrollaba,
el Fundem, que es el movimiento de familiares de personas desaparecidas en México, lanzó un comunicado que debió indignar hasta al más insensible.
Admiten que las capacitaciones, las fiscalías especializadas, las comisiones especiales, nada, NADA, ha
funcionado. Siguen (y aumentan) los desaparecidos, prófugos los responsables, desatados los cabos, líneas sin investigar. Aseguraron que “son las autoridades las que no buscan, no juzgan, no sancionan y no dicen la
verdad”. No nos den más pan con lo mismo, otra de las peticiones.
En México hay más colectivos de búsqueda que estados en la República. Padres que se tienen que armar
de valor para buscar a sus hijos. No es normal. No es lo que debería ser, ¿pero cómo convivir con esta realidad cuando solo parece importarle a las víctimas?
El documento que representa a todos los que viven
esta lucha, es mucho más allá que un comunicado, es una declaración y la aceptación pública de que las promesas siguen sin ser cumplidas. Que las autoridades —ni las que se fueron, ni las actuales— les han resuelto nada.
Una de las promesas de campaña del Presidente
López Obrador fue el Mecanismo Internacional Contra la Impunidad, que consiste en crear un órgano que cuente con asistencia técnica y tutoría de un organismo internacional, dado que se aceptó que nuestras instituciones de justicia están o podrían estar infiltradas por los perpetradores. Tenemos centenares de casos en donde los propios policías son los que perpetran. Pues no, no ha sucedido. Tal mecanismo no es una realidad.
La combinación es mortal, autoridades que parecen no poder resolver un problema urgente, una
población que no ha despertado del todo; que se ha acostumbrado a la impunidad y al dicho “así es en México”. Mientras, la violencia se expande y la desesperación de las víctimas no cesa.
• Periodista