“Hay que ir por ninis, no sólo darles dinero”

POR LUCIANO FRANCO

“ A los jóvenes que ni estudian ni trabajan, los llamados ninis, particularmente aquellos que están en riesgo o ya están en las garras de los grupos delincuenciales, hay que ir a buscarlos, hay que traerlos a los programas sociales y de recuperación, y no esperar a que acudan a las convocatorias de gobierno; eso no funciona”, acusa la experta en asuntos de seguridad, Eunice Rendón.

En entrevista para ContraRéplica, la también especialista en materia migratoria sostiene que se debe separar a quienes participan en riñas y peleas callejeras, de quienes forman ya parte de organizaciones criminales. Generalmente, añade, son personas jóvenes, muchos de ellos menores de edad e incluso niños, sobre quienes se debe poner toda la atención del Estado.

¿Los programas para la atención a los jóvenes se agotan con mecanismos de captación?

Por supuesto que no. El problema es de tal magnitud que se requiere de otros mecanismos donde participen la sociedad en su conjunto. Particularmente la sociedad civil tiene el derecho y la obligación de contribuir con el Estado a la solución del conflicto que representa

para el país la grave situación por la que atraviesan los jóvenes mexicanos.

Entonces, ¿entregarles dinero por estudiar, por aprender o incentivarlos incluso trabajando, no es suficiente?

Eso sin duda es importante, pero el Estado no puede dar cobertura a todo. Hay mecanismos que funcionan adecuadamente como el Programa del Barrio a la Comunidad, en Ciudad Juárez, Chihuahua, que está auspiciado principalmente por un Fideicomiso privado y autoridades estatales y locales, y que ha sido un proyecto exitoso y ha rehabilitado y reinsertado a decenas de jóvenes a una vida productiva.

¿Los jóvenes en problemas acuden a las convocatorias, aún si en ello llevan beneficios?

Para hacer efectiva cualquier política de carácter social es indispensable ir a buscar a la gente que lo necesita, no sólo por medio de un censo para posteriormente entregarles un beneficio, sino hay que llevarles programas, insertarlos en las propias comunidades y ahí mismo otorgarles los beneficios, pero no sólo de dinero, sino de actividades productivas y recreativas, que les permitan tener al alcance de la mano la posibilidad de distraerse y aprender todo el tiempo.

¿Los problemas en las comunidades son una especie de enfermedad?

Totalmente. Es una enfermedad y además contagiosa. Es así como hay que ver los problemas. La violencia, por ejemplo, es una epidemia que se contagia de una persona a otra y por tanto requiere de una cura de raíz. Se debe abordar, ese y cualquier otro problema, desde esa perspectiva. Vamos por los ninis a sus lugares de origen, no los llamemos para entregarles dinero. Vamos por ellos y démosle la posibilidad de que aprendan a pescar. Eso se hace con programas en los que participe la sociedad en su conjunto.

¿Es posible reducir la violencia en un México como el que vivimos?

Claro que es posible, pero es una tarea de todos. El Gobierno no puede solo. Se trata de incorporar a los jóvenes a actividades productivas, de las que puedan salir adelante ellos y sus familias.