“La violencia sólo se combate con educación”

Martha.rojas@contrareplica.mx

A propósito de su más reciente publicación El día que no fue (Alfaguara, 2019) la escritora argentina, radicada en México, Sandra Lorenzano contó a ContraRéplica que su literatura no conoce de fronteras ni de ausencias.

Quizá está novela con algunos atisbos autobiográficos se esmera es descifrar las raíces lingüísticas y psicológicas de los miedos y las ausencias.

“Somos contrabandistas de historias propias y ajenas, como lo dice Jacques Hassoun, pero también hablamos desde esos silencios. En cualquier familia, en cualquier país, estamos poblados de silencios, no sólo por las ausencias de la gente que ya no está, sino por esas historias no contadas. Por eso Benjamin dice: ‘Hay que pasarle a la historia el cepillo a contrapelo’”, precisó la autora.

A manera de exploración personal pero también social, Lorenzano explora la voz de una protagonista anónima que intenta sobreponerse a una ruptura, nada extraordinario si no fuese porque en ese proceso de búsqueda íntima, ella se encuentra un conglomerado de resquicios de la memoria colectiva, de los juicios impersonales que terminan construyendo los conceptos sociales que terminan por regir las mínimas vidas.

“El amor como sentimiento no cambia, lo que cambia son las circunstancias y los contextos, pero creo que la pasión romántica siempre ha tenido la misma naturaleza desde tiempos remotos. Lo que cambia es la manera en que la sociedad ubica a los ‘amorosos’ como les llamaba Jaime Sabines. Creo que en esta sociedad tenemos cada vez menos tiempo para dedicarle a las personas que amamos”, aseguró.

“No creo que el amor sea una forma de control más bien creo que las relaciones y, a veces, las parejas tóxicas favorecen relaciones poco idóneas. Ahí es en donde están esas estructuras derivadas del patriarcado y creo que el feminismo en estos tiempos también nos hace tener conciencia del tipo de relaciones que queremos, lo que nos gusta y nos ayuda. Nos ayuda a tener valor para exigir lo que necesitamos en términos de amor porque estamos viviendo un periodo de mucha violencia contra las mujeres. Hay una estructura patriarcal que nos hace creer que las mujeres somos objetos utilizables y es momento de preguntarnos cómo estamos educando a los niños y a las niñas, tenemos que tratar de tomar conciencia y resolverlo con educación. La violencia sólo tiene solución con la educación”, agregó.