Hace unos días una amiga muy querida me decía que a las personas les va en la vida como se merecen, ¿en serio?, pensé. Guardé silencio ante tal comentario que creo no es muy acertado que digamos, porque si fuera cierto entonces el expresidente Enrique Peña Nieto que tanto daño le hizo a México merece ser feliz, andar de un lado a otro presumiendo su nuevo amor y con las bolsas de sus pantalones bien llenas del dinero que les robó a todos los mexicanos.
¿Merece Peña Nieto gozar de la libertad cuando está más que documentado que su sexenio fue el más corrupto de la historia en nuestro país?, que gracias a sus acciones y decisiones la mayoría de sus amigos exgobernadores también son multimillonarios con cargo al erario.
Si es así, entonces diría que la vida en muy injusta, pues mientras este señor vive sin carencias, hay millones de familias mexicanas que no tienen con qué alimentar a sus hijos, no tienen recursos para mandarlos a la escuela y, para colmo, viven con el miedo de ser víctimas de la delincuencia que heredó al nuevo gobierno.
Esta frase de mi amiga viene a mi mente en estos momentos que estoy escribiendo esta columna porque el exdirector de Pemex, Emilio Lozoya, que se portó igualito que Peña Nieto ya tiene sobre su espalda una investigación por corrupción, se le han congelado sus cuentas bancarias y un juez otorgó a las autoridades del gobierno de Andrés Manuel López Obrador una orden de aprehensión en su contra.
¿Por qué será que la vida no está enojada con Peña Nieto? Finalmente, todos sabemos que los actos de corrupción de Lozoya no sólo fueron avalados por el expresidente Peña, fue directamente beneficiario con los sobornos pagados por la empres brasileña Odebrecht para que ganara las elecciones presidenciales de 2012. El sucio dinero fue a parar a la campaña del mexiquense y aun le sobró.
Fue tan bueno el exmandatario priista que será únicamente Emilio Lozoya, quien fue su subalterno, el único que pagará las consecuencias de hacer negocios ilícitos con la paraestatal Petróleos Mexicanos para comprar empresas chatarra a sobreprecio y recibir sobornos que lo ayudarlo a asumir el poder, ¿o ya se le habrá borrado la risa de felicidad? Sí, los mexicanos queremos que el exdirector de
Pemex pague por sus fechorías, pero también es necesario que se sancione con la ley a la cabeza de los delincuentes de cuello blanco que trabajaron para él, para Enrique Peña Nieto.
La corrupción, prometió el Presidente López Obrador, se castigará de arriba hacia abajo, ojalá no se le haya olvidado.
•Egresada de la escuela de PCSG. Exdiputada
constituyente. Defensora de los animales y
fundadora de "Ángeles Abandonados".