Quienes vivimos el Mundial de Estados Unidos en 1994, podemos recordar el festejo del jugador brasileño, Bebeto en los cuartos de final contra Holanda.
Bebeto acababa de ser papá, y al anotar el tercer gol que le daría el triunfo a su selección, corrió a la banda para mover los brazos como si estuviera arrullando a un bebé. Festejo inolvidable y que más tarde fuera imitado por más jugadores en todo el planeta.
Los jugadores de futbol, en especial los que marcan los goles, tienen la capacidad de elegir sus festejos y posicionarlos entre sus fans y los del equipo.
Como el de Cristiano Ronaldo, que suelta un brinco y cae con las piernas abiertas y el pecho hacia adelante, o el francés Guignac que juega con los Tigres, cuando levanta su brazo izquierdo y se tapa la frente con él.
Los jugadores saben que sus acciones en la cancha, trascienden a través de la imagen y que estas se pueden volver modas en los chicos y grandes, o simplemente dejar un mensaje claro a la afición y a los medios.
Como el festejo de Messi frente al Madrid, el año pasado cuando se quitó la playera y se las puso en frente a la tribuna de los eternos rivales, y aunque en los últimos años los jugadores son amonestados por quitarse el jersey, a él no le importó.
Cada uno guarda las razones por las que festejan con saltos, bailes, burlas, mensajes religiosos o señales de amor para sus parejas y familiares.
Justo lo que hizo el Chicharito este fin de semana en el inicio de la Premier League con su equipo el West Ham, donde anotó el primer gol del juego frente al Brighton.
Su festejo fue correr a la banda, e inflar sus cachetes simulando a su hijo Noah de apenas dos meses de nacido, a quien por supuesto le dedicó el gol. Todos lo vimos, los fotógrafos lo capturaron y hubo la secuencia visual de su festejo en todas las agencias de imagen internacional.
Algunos haters quisieron tomar su festejo como crítica porque se le había dicho que estaba pasado de peso y que eso le afectaría a su rendimiento; sin embargo, Javier aclaró en sus redes, que había sido para su hijo, a quien le dice decariño “cachetón”.
El poder de la imagen como la fotografía y el video, llegan ilimitadamente a todos los rincones del mundo en cuestión de segundos, y si bien, fue un éxito en ese momento, lo veremos de nuevo en los impresos y en los noticieros televisivos.
El futbol es el deporte más popular del mundo, según cifras, con un alrededor de 3 mil 500 millones de seguidores, por lo tanto los festejos y ademanes de los jugadores de futbol, trascienden a todas partes y de manera instantánea.
Por supuesto, cada festejo tendrá lo suyo, pero siempre se les aplaudirá a los jugadores cuando sus festejos son en señal de amor a su familia o sus hijos. Quieran o no, siempre conquista.
Aunque el festejo a Noah, no supere al de Bebeto, ya queda en la historia visual de los festejos futboleros.
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