¡Reciban refugiados!

En el Twitter del canciller Marcelo Ebrard se difundió un mensaje oficial de la SRE “El gobierno de México sigue atentamente la situación que está ocurriendo en Venezuela y expresa su preocupación por la posible escalada de violencia. México reitera su compromiso por encontrar una solución pacífica a esta crisis.”

Ni hablar, pero entre tanto, sin necesidad de romper esa postura, sería posible activar mecanismos de recepción de refugiados. Abrir por ejemplo, las puertas de la embajada mexicana en Caracas a fin de acoger y ofrecer asilo político a quienes se sienten perseguidos por el régimen de Nicolás Maduro. No se entiende porqué no ha ocurrido algo así. Una política humanitaria de asilo no contradice la posición oficial del gobierno mexicano y en cambio, podría situarlo en una condición de superioridad moral sobre sus críticos.

La tradición de asilo en México es rica y noble.

Además, esas familias extranjeras que llegaron a nuestro país en diferentes momentos de la historia han contribuido decisivamente al engrandecimiento nacional. Industria, comercio, artes, ciencias y hasta gastronomía se han visto beneficiadas por la convergencia de tradiciones externas. Podrían empezar por refugiados de corte intelectual y académico, necesitados de un espacio para desarrollar su trabajo en libertad. Las presiones ideológicas del neochavismo impiden la organización de una estructura universitaria seria y de calidad mundial, pero eso no significa que no tengan investigadores y científicos de primera. Los diferentes centros de educación superior mexicanos (la UNAM, el Colegio de México y el CIDE, pero ahora podrían participar también las universidades de provincia) enriquecerían su planta docente con el intercambio derivado de conversaciones e investigaciones de refugiados venezolanos.

No se puede recibir a todo el mundo ni abrir las puertas de par en par, pero una apertura selectiva proyectaría una política exterior más abierta al mundo, menos ensimismada y congruente con el no intervencionismo. México tiene la infraestructura burocrática y la calidez humana para lograrlo. El canciller tiene una oportunidad para tomar iniciativa sin desobedecer al presidente de México y al mismo tiempo conectarse con las mejores tradiciones diplomáticas del país. En otros momentos de la historia, españoles, chilenos, uruguayos, argentinos han encontrado en la República Mexicana un segundo hogar. Entre los venezolanos, el mismísimo escritor y político Rómulo Gallegos pasó una temporada

exiliado en este país. La comunidad internacional podría sumarse a un esfuerzo de esta naturaleza encabezado por el gobierno mexicano. Es evidente que las propuestas de mediación tradicional no han funcionado. La turbulencia política venezolana continúa. ¿Seguiremos siendo indiferentes?

•Internacionalista y analista político:

@avila_raudel