Como soy muy perseverante y terca voy a insistirle al Presidente Andrés Manuel López Obrador para que, por primera vez en su vida, escuche la voz de los ambientalistas que le sugieren no construir la refinería en Dos Bocas, Tabasco, porque la deforestación del manglar que allí se ubica traerá consecuencias graves al medio ambiente, además de que será una inversión tirada a la basura dado que es zona de inundaciones.
Sé, estoy consciente, de que mi llamado de atención al jefe del Ejecutivo no le quitará el sueño, mucho menos dará la orden de parar el desastre ecológico que están causando sus subordinados al cortar centenas de palmeras y arbustos con el fin de limpiar el terreno donde la señora Rocío Nahle pretende erigir su monumento contaminante de 8 mil millones de dólares.
Pese a saber de antemano de mi fracaso para hacerlo entrar en razón, quiero contarle que en los archivos de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales que dirige Josefa Ortiz Blanco, existe un documento que habla de la restauración que se hizo de 5 mil 414 hectáreas de humedades en varios estados de la República, uno de ellos es precisamente Tabasco.
Y ¿por qué las administraciones pasadas, las del neoliberalismo se preocuparon por rescatar estas zonas que se llaman manglares? La respuesta es simple señor Presidente López Obrador: Los manglares proporcionan importantes servicios ambientales como la protección y regulación de inundaciones, recarga de los acuíferos, mejora de la calidad del agua al servir como filtro biológico.
Si esto le parece poco aún hay más. Los manglares donde piensa construir su faraónica refinería ayudan en la prevención y reducción de la erosión costera, regulan la calidad del agua y la captación de carbono, son zonas de alimentación, refugio y crecimiento de crustáceos, alevines y otras especies de flora y fauna.
Su restauración y manejo sustentable son fundamentales para la adaptación de comunidades costeras al cambio climático y para mitigar gases de efecto invernadero.
¿Aún le parece poco para detener la obra? De acuerdo con una investigación de un diario nacional, el construir la refinería afectaría gravemente la salud de los habitantes cercanos y no tan cercanos por la emisión de gases.
Si con esta información no lo convenzo le explico que los manglares en México están protegidos por la NOM-022-SEMARNAT-2003, la NOM 059 SEMARNAT-2010 y diversos tratados internacionales por ser un ecosistema sistemáticamente amenazado, ahora por la cuarta transformación.
En ese paraíso que están destruyendo viven especies animales en peligro de extinción, desde sapos tlacuaches, mapaches hasta gatos salvajes llamados yaguarundis.
¿Tampoco ellos le importan?
Y a todo esto, ¿dónde está el estudio de impacto ambiental? O es que también la refinería es justicia y está por encima de la ley.
•Egresada de la escuela de PCSG. Exdiputada
constituyente. Defensora de los animales y
fundadora de "Ángeles Abandonados".