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"1917", el horror de la Primera Guerra Mundial

Tendencias viernes 17 de enero de 2020 -

Por Osvaldo Córdova

Se ha contado la guerra desde todas las perspectivas posibles y, aun así, el género bélico no ha parado de ofrecer cintas significativas que han permitido una evolución constante a través de la lente de los directores que lo han abordado.

Sin duda ha sido la Segunda Guerra Mundial, el hecho bélico que más ha explorado y explotado el género, para muestra está "Salvando al Soldado Ryan" o "La Lista de Schindler" ambas de Steven Spielberg, es por ello que llame la atención "1917" de Sam Mendes, quien nos pone en el campo de batalla de la Primera Guerra Mundial.

Al igual que lo hiciera Stanley Kubrick en "La patrulla infernal", en la que narró la ignominia de los jefes militares del ejército francés ejecutando a varios de sus inocentes soldados a los que acusan de traición solamente por haberse acobardado en un ataque fallido, pero ahora el director inglés presentan una historia de miedo, de incertidumbre, de monstruos que acechan en la luz o en la sombra y a la que se deben enfrentar dos soldados jóvenes ingleses para evitar una masacre.

Mendes ha asegurado que coescribió la película —junto a Krysty Wilson-Cairns— inspirándose en historias de la Gran Guerra que escuchó a su abuelo, es de ahí que el elemento visceral se cuela en cada una de las escenas, hasta el punto de casi percibir el hedor de los cadáveres en descomposición, los charcos de barro y las brumas provocadas por los bombardeos, por las que tienen que atravesar los protagonistas.

En su cinta, el director de "Belleza Americana", narra el calvario de dos soldados jóvenes del ejército inglés, a quienes les encargan una misión suicida: abandonar las trincheras y salir a campo abierto para avisar a los suyos de que los alemanes han fingido una retirada y han montado una trampa para masacrarles.

A simple vista se podría decir que es una historia como muchas otras, sin embargo no lo es pues para ellos cada minuto es una lucha por sobrevivir y más cuando el hermano de uno de ellos podría morir sino se completa la misión.

Y es que para lograr esa sensación inmersiva, el también realizador del 007 utiliza una técnica cinematográfica que provoca una sensación inmersiva en el espectador al utilizar la cámara de tal forma que la cinta se desarrollan en un solo plano y completada gracias a numerosos efectos visuales.

Esa sensación de no percibir los cortes es lo que ocasiona un ejercicio estilístico pocas veces visto y nos adentra de la manera más veraz posible en las emociones de los personajes, por lo que "1917" es casi una hazaña en términos de técnica, planificación y ejecución.

Es así como Mendes nos presenta una cinta de héroes anónimos anónimo, en el que se mezcla el terror y la supervivencia, en donde no hay espacio para la épica, ni los honores ni las medallas, sino volver a ver a sus seres queridos.

Foto: Universal Pictures

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DM/CR

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