701

Hay pasarelas, conferencias y un sin fin de stands con marcas conocidas y no tan conocidas, es como la FIL (Feria Internacional del Libro), pero esta es de ropa. Desconozco cuánto tiempo lleve realizándose año con año en Guadalajara, pero seguramente más de 15 años.

Fernando Carranza, fotógrafo de Reuters en Guadalajara, captura este momento en donde un joven se prueba una de las chamarras diseñadas por los creadores de El Chapo 701.

La marca es propiedad de una de las hijas de El Chapo, la cual hace sus chamarras, gorras, cinturones, carteras, zapatos y demás accesorios de la mano de presos del penal de Puente Grande en Jalisco.

De cada producto diseñado, solo se hacen 701 ejemplares y son bordadas con hilo de plata y de oro, tienen su web y por supuesto presencia en redes sociales donde le hacen homenaje “al único y legendario 701”: El Chapo Guzmán.

Como contexto, el número hace referencia al ranking que ocupó dentro de los hombres más ricos del mundo de la revista Forbes.

▶ En sí, la foto no es tan buena, porque al no estar tan bien iluminado el espacio quizá la haya tomado en una baja velocidad para intentar compensar, pero no logró que no saliera un poco vibrada y un poco tronado el pixel.

Y aunque aborrezca las fotos en donde no se cuiden los detalles y aparezcan las botellas de agua, el refresco, la bolsa, la pluma y todo eso que no tiene nada que ver con el resto del lugar, lo ignoraré porque lo que me ha atraído, es la mirada del joven al rostro de El Chapo.

Justo el mismo hombre que nació en La Tuna, en el municipio de Badiraguato, en Sinaloa, y que este 2019 cumplió 62 años, mejor conocido como el líder, hoy exlíder del Cártel de Sinaloa y quien ocupa una celda de máxima seguridad en Nueva York.

Líder del Cártel del Sinaloa. La narrativa de esta imagen; es decir, la historia que nos cuenta, es de llamar la atención, pues Fernando retrata a un joven que se prueba una de las chamarras diseñadas, mientras su amigo o acompañante lo fotografía de espaldas.

Pero eso no es lo más llamativo, sino la mirada que tiene hacia el rostro de uno de los máximos personajes del narcotráfico en México y el mundo.

El joven recibe la aprobación y quizá hasta el convencimiento de comprarse la prenda, por la mujer que lo ve y le sonríe y su amigo; y se le nota en su postura firme y segura.

Una imagen que sustenta parte del éxito de las narcoseries, de una supuesta admiración a este tipo de personajes, que en su supuesto éxito y fama, se han llevado muchas vidas.

Justo ese hombre que él ve, como si lo admirara y le rindiera homenaje portando su nombre en su ropa, el día de ayer fue declarado culpable de ocho cargos de crimen organizado y narcotráfico y sentenciado a cadena perpetua, más 30 años adicionales.

Insisto, esta imagen podrá ser mala técnicamente hablando, pero su narrativa, es de asombrarse.