L
a salida de Jérémy Ménez del América se está dando de manera tan gris como su paso en el equipo.
La estancia del francés en Coapa
ha sido digna para el olvido, de no ser por pasajes que no deben pasar por alto como lección para todos los involucrados en una operación que pareciera desde un inicio forzada y que se sujetó como pudo de argumentos muy endebles para mantenerla.
Pese a que el paso no fue siquiera memorable, se alargó lo suficiente como para dividirla en
etapas que podemos identificar muy claramente.
Llegó (tarde, obviamente ante una negociación tan
tardada), jugó, mostró destellos, se lesionó, intentó más de un regreso, pero se irá por la puerta de atrás ante una clara ruptura con el cuerpo técnico.
Si en este momento pensamos en su trayectoria con Las Águilas, es lamentable y criticable.
Cuando lo hagamos en un futuro será meramente anecdótico, en incluso si en muchos años alguien únicamente ve sus estadísticas, además de un mediocre rendimiento, se encontrará con curiosidad que a Ménez su permanencia en Coapa le dio para anotarse dos títulos, una Copa Mx y un Campeón de Campeones (el destino no fue tan benévolo y caprichosamente le impidió ser registrado para el Apertura 2018, donde el equipo fue campeón de Liga).
Hace poco entró a la conversación el tema de
si Ménez será recordado como petardo. Y tristemente creo que sí, aunque para mí será errónea esa percepción. Ménez, por increíble que parezca, demostró su calidad los pocos minutos que estuvo en el terreno de juego. Podía jugar 20 minutos, pasar desapercibido 15, pero en cinco minutos tocaba dos o tres balones con una inteligencia sobre la cancha que compensaba ese caminar lento, a veces como "sin ganas", el cual, puede ser reflejo de la falta de actitud que criticaba Herrera. Pero clase la tenía, y eso es suficiente para que no pase como petardo, aunque tampoco le garantiza un lugar en el salón de la fama del club, ni mucho menos. Por supuesto que no.
Lamentablemente para los azulcremas, en esta
época de polémica sobre su rivalidad con los Tigres la cual se ha ido acrecentando en los últimos días, aquí se anotan un gol en contra. Quiero pensar que no trajeron a Ménez solo por ser francés, porque la comparativa con André Gignac iba a ser inevitable. Pero si alguien en la cúpula americanista lo pensó así, este triste episodio debe ser dolorosísimo, porque sí, trajeron a alguien con cartel, con calidad, con algo de trayectoria, que no pudo emular lo hecho por alguien que también llegó con algo de reflectores y se ha convertido en un histórico como lo es el delantero de los felinos.
Ménez se va a ir, y ni siquiera en estos momentos tan complicados para el América en una conformación de plantel, fue tomado en cuenta.
Es
un paso triste por el cuadro capitalino, en el que todas las partes terminaron perdiendo.
•Periodista y analista deportivo
alex.lindoro@gmail.com/@AlexLindoro