El martes de esta semana vio la luz el Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria 2018. El análisis de las prisiones de nuestro país lo realiza, año con año, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
México, señaló el Presidente de la Comisión, “no podrá superar las situación que enfrenta en materia de seguridad y justicia si no se revisan y atienden los problemas de su sistema penitenciario”.
Dijo esto y después lamentó el cierre de las Islas Marías: “La cancelación de las Islas Marías como centro penitenciario no obedeció a un camino deficiente a la reinserción social. Era el mejor de los centros penitenciarios del país”.
De acuerdo: Hace unos días tuve la oportunidad de ir a León, Guanajuato. Coincidí, ahí, con Jorge Correa Fuentes, director de teatro penitenciario, creador en 1990 del sistema teatral de readaptación y asistencia preventiva, método específicamente creado para las personas privadas de la libertad. En el año 2017, el maestro Carrasco participó en el festival cervantino con Los miserables, a cargo de 120 internos del Cefereso número 12 en Guanajuato.
El maestro Correa ha dirigido más de 150 obras en el ámbito teatral penitenciario. Cabe citar La casa de Bernarda Alba, La vida es sueño, Esperando a Godot, El Quijote.
Durante parte del 2017 y 2018, Jorge Carrasco vivió en las Islas Marías. Montó varias obras. Entre ellas: Un largo camino hacia la libertad, homenaje al centenario de Nelson Mandela y El hombre de la mancha.
Tuve oportunidad de ver esta última en las Islas.
Y el chance de hablar con los actores. Algunos, con pena compurgada, pedían permanecer hasta que la temporada finalizara. En León coincidí, también, con quien representó al Quijote en la obra y con el autor del mural, que estaba al lado de la biblioteca.
Es difícil creer que alguien pueda lamentar que se cierre, para siempre, la “prisión” en la que sufrió condena. Una mezcla de tristeza y desconcierto campeaba entre la gente que iba a hablar de su experiencia “carcelaria”. Esta era la paradoja de las islas. La gente, ahí, terminaba por amarlas.
Tuve oportunidad de ver cómo se tallaba la madera, de oír al grupo musical que se había formado, de charlar con los internos que estudiaban Derechoy otras carreras. De escucharlos hablar de las cabras que cada vez eran mejores, de ver la granja de camarones, alimentados con artemia, que competían con los más grandes de la región. Charlé, también, en varias ocasiones, con la directora del Centro, orgullosa de los logros y de que el penal fuera el mejor calificado del País. Me ligaban con las Islas cuestiones personales: Mi Papá, Renato Sales Gasque, había sido juez allá, en el inicio de su carrera, y mi Mamá, maestra de la escuela primaria.
En la última evaluación de la CNDH, los complejos “Aserradero”, “Bugambilias” y “Morelos”, de las Islas Marías, recibieron las más altas calificaciones de todo el País. Adiós a las Islas. Adiós a las islas.
•Excomisionado Nacional
de Seguridad: @Ley13091963