Adolescentes y tecnología: una combinación letal

Las últimas generaciones son los llamados “ nativos digitales”. No hay nada más natural para ellos que andar pegados al celular o a la computadora. ¿Podría la tecnología convertirse en un elemento negativo para adolescentes?

Hoy en día la tecnología hace parte fundamental en la vida de los jóvenes, lo cual es reflejo de las transformaciones por las que ha atravesado el mundo moderno.

Para los adolescentes es sinónimo de facilidad en cuanto a las comunicaciones, de infinitas posibilidades para conectarse con un mundo globalizado y de un sin número de recursos innovadores.

Dentro de los posibles peligros a los que pueden estar expuestos los adolescentes está el impacto negativo que puede tener el acceso a contenidos pornográficos. Aunque esta es una conducta que podría esperar en dicha etapa de la vida, es necesario tener en cuenta que la gran facilidad con la que se accede a estos contenidos puede generar un uso excesivo.

El cerebro de los adolescentes es mucho más vulnerable que el cerebro adulto a desarrollar una adicción a la pornografía. Cuando un joven está expuesto a este tipo de estímulo genera una falsa idea y aprende que lo que ve es una representación real de lo que es la sexualidad, las relaciones y la intimidad. Como un ciclo, estas creencias equivocadas, a su vez provocan actitudes y comportamientos poco sanos.

Hay otros elementos importantes a nivel psicológico y tiene que ver con la forma como la tecnología puede afectar un sano desarrollo emocional y social en los jóvenes. Puede entorpecer la posibilidad de aprender a enfrentar lo propio de una relación con otros seres humanos: habilidades como la resolución de conflictos y la expresión directa de sentimientos e ideas se pueden ver en riesgo cuando un adolescente se siente capaz de lograrlas únicamente si cuenta con un medio tecnológico que le de la seguridad para hacerlo.

Otro ejemplo de un uso bastante inadecuado de la tecnología es el llamado sexting, compartir imágenes intimas por medios digitales. Cuando el menor incurre a esta práctica está arriesgando su autoestima, poniéndole un alto costo al querer ser aceptado.

Vale la pena reflexionar sobre como en algunos casos la tecnología ha generado que la esencia, el valor y la complejidad de las relaciones humanas se desdibuje.

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