La semana pasada la Organización Mundial del Comercio (OMC) pronunció un fallo a favor de Estados Unidos con el cual nuestro vecino del norte puede imponer aranceles a productos de la Unión Europea por un valor de hasta 7 mil 500 millones de dólares como represalias por los subsidios ilegales que la Unión Europea ha otorgado al fabricante de aviones Airbus. La administración de Trump, sin demora, ya ha anunciado la estrategia para imponer aranceles a productos tales como quesos, aceitunas y licores de la Unión Europea. El monto autorizado de represalias comerciales es el más grande que se haya conocido en casi 25 años de la existencia de la OMC.
La disputa entre Estados Unidos y la Unión
Europea no es algo nuevo. Más de 15 años han transcurrido desde la primera controversia que fue presentada ante el organismo multilateral cuando en 2004 Estados Unidos acusara a Gran Bretaña, Francia, Alemania y España de proporcionar subsidios ilegales para apoyar la producción de Airbus.
En 2010, el Órgano de Solución de Diferencias de
la OMC emitió un fallo mixto, diciendo que parte del apoyo brindado a Airbus estaba prohibido, mientras que otras partes estaban permitidas por el derecho comercial internacional.
Por su parte, en 2005, la Unión Europea alegó
que Boeing había también recibido subsidios prohibidos por un valor de 19.1 mil millones de dólares de 1989 a 2006 de varias ramas del gobierno de Estados Unidos. Dándole la razón a la Unión Europea, la OMC dijo en 2012 que aproximadamente un tercio de los subsidios en cuestión eran ilegales. En 2014, la Unión Europea inició un tercer caso sobre subsidios que Estados Unidos estaría proporcionando para apoyar la producción del 777X de Boeing, que se lanzará en 2020. En 2017, también se le dio la razón a la Unión Europea en cuanto a que dichos subsidios son ilegales.
Pronto se decidirá, muy seguramente, que
Estados Unidos no ha cumplido con revocar los subsidios ilegales con lo cual la Unión Europea también estará legitimada para imponer aranceles
a importaciones de Estados Unidos. Tras el fallo del miércoles pasado, funcionarios de la Unión Europea declararon que Estados Unidos tendría que sentarse a negociar con la Unión Europea un acuerdo para evitar una guerra arancelaria ya que
estarían listos en responder de la misma manera si Trump decide seguir adelante con el plan de imponer aranceles.
Sin duda, tanto Estados Unidos como la Unión
Europea tendrían que respetar sus obligaciones internacionales y dejar de proporcionar subsidios ilegales. Peor aún sería si entran en una guerra comercial que sólo causaría daños tanto a las empresas como a los consumidores en ambos lados del Atlántico, provocando además un serio impacto en la economía global.
•Postgraduada en la Universidad de Barcelona, y de
Harvard. Especialista en finanzas internacionales