No entienden que no entienden, fifís: uno de los rasgos distintivos de la 4T es la ternura. Se dedicaron a hacer burla de la camarada Jesusa por lo de las carnitas. Pero el video que publicó después, donde acaricia a un burrito bebé mientras nos explica que todxs somos animales, aclara las cosas. Cuando Jesusa se los encuentra comiéndose digamos que dos de maciza —un poco de cuerito, el manguerazo de limón, la cebolla crujiente que contrapuntea la untuosidad grasa de la carne, el cilantro aromático, la salsita—, lo que ve es a un(a) psicópata en el acto de inmolar a Babe, el Puerquito Valiente. En el video del burro se alcanza a ver, al final, pese a la edición, que el animalito recula cuando doña Rodríguez intenta abrazarlo, pero es que tanto amor abruma.
Bien, esa misma ternura es la que guía las comparecencias públicas de nuestro Líder Eterno. En los últimos días, las redes sociales se llenaron de recriminaciones contra él por establecer una comparación entre los pobres de nuestra Patria Amadísima y los animales de compañía. Dijo el Señor Presidente que el Gobierno tiene el objetivo central de alimentar a los desposeídos. Que es como con las “mascotas”: no pueden conseguir la comida por sí mismas, y por lo tanto el Gobierno, o sea la 4T, debe ponérselas en la mesa. Bueno, no habló de mesas, pero ya me entienden. Y se le dejaron ir.
▶ Que si eso no es una muestra de populismo, del modo paternalista, condescendiente, asistencialista, con que entiende el ejercicio del poder, dijeron los de siempre: los neoliberales, los fifís, los que crecieron en cuna de oro; los del ITAM.
Que era ofensivo, que tenía que disculparse, dijeron otros. Que vaya clase de concepción de la gente pobre, esa que votó por él.
Y, digo yo, ¿disculparse por qué o de qué? Salvo por los jaguares anti Tren Maya, la vaca cecinera y el borreguito para la barbacha, el Tlatoani tiene una sensibilidad extraordinaria para los animales —e incluso me parece que cuando se inclina a morder el taco, todo majestuosidad, como un Sir del trópico voluptuoso, se le ve en los ojos ese brillo amoroso de los que ya trasendieron este plano espiritual. Bien, en esos animales están incluidos ustedes, compañerxs, y por ustedes entiendo: a 120 millones de mexicanxs. Sí: como un San Francisco de Asís, como un abuelito de Heidi, el Supremo Líder, cuando circula en su Jetta, cuando se hacía selfies en las salas de espera, antes de que las salas de espera cayeran en manos del compló neoliberal y se volvieran centros de abucheo, como en la conferencia mañanera, se siente rodeado de animales; es decir, seres que necesitan ser guiadospor un pastor: ese hombre que te dice cuándo despertar, cuándo, dónde y qué comer, y que luego de dejarte estirar las patas te pone a resguardo para que no te vaya a comer el lobo.
Vi en redes sociales, otra vez, recriminaciones contra los comentócratas 4T, eso que los machuchones llaman “maromeros”. Que por qué no levantaban la voz. Que qué conveniente silencio. Perdón: esos comentócratas son congruentes. Con sus doctorados Ivy League, con su dominio del inglés, con sus columnas en diarios y sus colaboraciones pagadas en medios fifí, saben por qué votaron, y saben sobre todo que a los animalitos lo único que se les pide a cambio de tantos cuidados es obediencia. En ese sentido, no son como el burro rejego. Sus videos nadie los edita. Se quedan a que los abracen.