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El apagón eléctrico que enfrenta Venezuela, el más largo en décadas y que el domingo entraba en su cuarto día, llevó a las autoridades a suspender la jornada laboral y las clases, en medio de la angustia y la rabia de los habitantes que no saben cuándo se recuperará el suministro.
El Gobierno venezolano, ya había cancelado las actividades el viernes por la caída de la electricidad, que comenzó el jueves por la tarde, y cuyos efectos se han sentido en la atención de salud, las comunicaciones, el agua corriente y el transporte.
El régimen del Presidente, Nicolás Maduro, sostiene que el apagón, se debió a un "sabotaje" en la hidroeléctrica Guri, la más grande del país.
La Asamblea Nacional, que preside Juan Guaidó, se reunirá el martes para discutir y aprobar una declaración "de alarma", una figura de la Constitución que se usa en caso de "catástrofes, calamidades públicas", agregó en conferencia de prensa.
Expertos creen que la falla se originó en las líneas de transmisión que transportan energía desde las hidroeléctricas al sur venezolano y que el Gobierno cuenta con equipos precarios y poco personal para enfrentar la emergencia.
Con información e imagen de Reuters.