Argentinos sacan ahorros del banco tras victoria populista

Los principales bancos argentinos debieron enfrentarse a la preocupación de centenares de ahorristas ante el nuevo control sobre el cambio de dólares. Después de la implementación de medidas por parte del gobierno entre el pasado viernes y el domingo para intentar frenar la devaluación del peso argentino frente al dólar y la fuga de divisas, muchos se concentraron en largas colas a la espera de que abrieran sus puertas desde primera hora de la mañana.

▶ Desde la derrota del partido de gobierno en las elecciones primarias, el Banco Central argentino perdió más de 12 mil millones de dólares.

El domingo, a través de un decreto de necesidad y urgencia (DNU), el gobierno anunció una serie de medidas que imponen una restricción a la compra de dólares para personas y empresas, por un lado, y la obligación a los exportadores a liquidar sus divisas, por otro.

Para los ahorristas, esto significa que podrán comprar hasta 10 mil dólares por mes y que podrán transferir al exterior por esa misma cantidad al mes. En caso de que quieran exceder esos montos, deberán pedir autorización al Banco Central, al igual que deberán hacerlo las empresas.

Este restricción parcial, si bien establece un límite relativamente alto de extracciones por mes para los ahorristas, despierta viejos fantasmas en una sociedad que sufrió el llamado corralito durante la crisis financiera de 2001, cuando hubo una pérdida generalizada de ahorros en dólares depositados en bancos, frente al vaciamiento de las reservas del país.

La ansiedad generalizada llegó a colarse en las redes sociales: algunos usuarios denunciaron que la cláusula que determina la libre compra hasta montos de 10 mil dólares no estaba siendo respetada por algunos bancos, en tanto se les había vetado la compra de dólares a través de sus aplicaciones de homebanking.

“No son las medidas que nos hubiera gustado tomar. Estamos privilegiando las reservas para asegurar que los depósitos en dólares) estén respaldados. Son medidas de emergencia para evitar males mayores”, sostuvo el ministro de Hacienda argentino, Hernán Lacunza.

Este conjunto de medidas fueron tomadas en un contexto de extrema volatilidad cambiaria y de fuerte pérdidas de reservas en el intento por contener el precio del dólar. Dentro de este marco, el país incurrió en un reperfilamiento voluntario de su deuda, al anunciar el pasado miércoles que pospondría siete mil millones de dólares de pagos en letras locales a corto plazo.

En este contexto, el Banco Central argentino había anunciado el pasado viernes pasado que los bancos deberán recibir su autorización previa para poder girar sus beneficios al exterior.