POR ALEXANDRA
VALENCIA Y CARLOS GARCÍA RAWLINS / Reuters
Al menos un indígena murió durante las protestas
en contra de las medidas de austeridad del presidente de Ecuador, Lenín Moreno, lo que alimentó ayer un clima de tensión y cerró las puertas al intento de diálogo del Gobierno con los manifestantes.
Las protestas estallaron la semana
pasada cuando Moreno puso fin a los subsidios al diésel y la gasolina extra, que han estado vigentes por décadas,
en el marco de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por 4,200 millones de dólares, con el que buscan reducir un abultado déficit fiscal.
La muerte de dicho indígena fue el
pasado miércoles y otras cuatro personas fallecieron en las protestas de días anteriores, reportó la Defensoría del Pueblo sin dar detalles de las circunstancias en que se produjeron estos decesos.
“No estábamos acostumbrados a
una represión de esta naturaleza” dijo el Defensor del Pueblo, Freddy Carrión a Reuters, al señalar que la violencia se
ha dado desde la fuerza pública y los manifestantes.
Sin embargo, el Gobierno sólo confirmó el fallecimiento de una persona
“por una caída y golpe en su cabeza” durante las protestas del miércoles y de otra persona que fue atropellada en los días anteriores.
“Lágrimas de ira tenemos, pero si
hemos aprendido de nuestras mamas y taytas que a los muertos de la lucha se
los honra multiplicándonos (...) Por eso compañeros y compañeras a radicalizar las acciones”, dijo un comunicado la CONAIE.
En la jornada de manifestaciones de
ayer, los indígenas retuvieron a ocho policías, entre ellos una mujer, y les obligaron desprenderse de sus botas, cascos y chalecos antibalas, según testigos de Reuters.
Desde un centro cultural donde están concentrados, los indígenas exigieron a los canales de televisión locales,
que se encontraban realizando la cobertura, a transmitir en vivo la masiva concentración. Además, dijeron que garantizarían los derechos humanos de los policías.
Uno de los policías retenidos aseguró a la prensa que llegaron ayer de
manera voluntaria, en muestra de que “la policía no es represiva”, sin dar mayores detalles.
El secretario de la Presidencia, Agusto Briones, demandó la liberación de
los uniformados y de “27 periodistas de distintos medios (que) no se les ha permitido salir como es su voluntad”.
“A nombre del Gobierno demandamos que cualquier proceso de diálogo
se haga en el marco de la paz y para ello la liberación de policías y periodistas es una condición fundamental”, insistió, al reiterar la disposición del Gobierno a dialogar.
Moreno, quien trasladó su gobierno
a Guayaquil, ha dicho que no renunciará ni dará marcha atrás en las medida, pero anunció el pasado miércoles los primeros acercamientos con dirigentes de los indígenas bajo el acompañamiento de Naciones Unidas y la Iglesia Católica.
El Gobierno dijo que presentarán a
los indígenas un plan que incluye las instalación de sistemas de riego, reestructuración y condonación de deudas, un seguro agrícola, entre otros.“El diálogo que plantea Lenín Moreno es una fantochada”, aclaró la CONAIE.