La Comisión de Federalismo y Desarrollo Municipal del Senado de la República aprobó que la ciudadanía pueda proponer la nomenclatura de calles y espacios públicos.
Para ello, solicitó a los gobiernos de las entidades federativas, los municipios y alcaldías de la Ciudad de México incorporen criterios de participación de acuerdo con sus normas de ordenamiento territorial desarrollo urbano y nomenclatura del espacio público.
En los considerandos del punto de acuerdo, se indica que en los estados es común que los pobladores, que en un momento se asientan en una zona, empiezan a nombrar sus propias calles, de acuerdo a referencias comunes, como mitos o leyendas y con el paso del tiempo las autoridades han tenido que oficializar la nomenclatura elegida por los pobladores.
Pero también se da el caso, agrega, en que las autoridades han decidido cambiar los nombres antiguos de las calles o nombrar las nuevas calles sin consulta o consentimiento de los pobladores y bajo criterios totalmente arbitrarios.
Explica que esa situación ha ocasionado que calles y avenidas en el país lleven el nombre de personalidades polémicos para la historia nacional, como es el caso de Hernán Cortés o Gustavo Díaz Ordaz.
“La ciudadanía ha señalado que a estas calles se les debería de cambiar de nombre, pues refieren que los nombres de esas calles no los representa y que no fueron consultados para determinar dicha nomenclatura y suponen que la nomenclatura fue propuesta por los desarrolladores de la colonia o bien elegida de manera arbitraria por las autoridades administrativas”, se lee en el documento.
En ese sentido, se considera que deben ser los ciudadanos los que decidan la nomenclatura de sus calles, avenidas, parques, puentes y demás espacios públicos.
“Nombrar el espacio público, es antes y después de todo, una forma de apropiarse de él, es una forma de fortalecer la identidad cultural y el sentido de pertenencia”, se indica en el dictamen.
Redacción ContraRéplica
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