Bad Bunny y la polémica de la inteligencia artificial en la música

El reconocido cantante puertorriqueño, Bad Bunny, ha generado controversia al expresar su descontento ante una canción de reguetón que utiliza su voz de manera artificial. La canción titulada "NostalgIA", creada por el usuario FlowGPT, ha circulado ampliamente en plataformas como TikTok y Spotify, alcanzando altas cifras de reproducciones. Bad Bunny, conocido también como el "Conejo Malo", se manifestó en contra de esta tendencia, expresando su desaprobación de forma contundente: “Si a ustedes les gusta esa mierda de canción que está viral en TikTok, sálganse de este grupo ahora mismo. Ustedes no merecen ser mis amigos”.

FlowGPT es un usuario que utiliza la inteligencia artificial para crear colaboraciones musicales insólitas, combinando voces de artistas populares. Esta técnica ha llevado a la creación de canciones que han ganado popularidad, incluyendo la mencionada "NostalgIA", donde la voz artificial de Bad Bunny hace referencia a la cantante Bad Gyal. La polémica surgió cuando Bad Bunny criticó públicamente esta práctica, generando un intercambio de opiniones en línea.

En respuesta a las palabras del cantante, FlowGPT publicó un video donde reflexiona sobre la oportunidad que los nuevos talentos tienen gracias a la tecnología: “¿Recuerdas a ese Benito de antes?, ¿su hambre de ser escuchado?, ¿de ser un antes y un después en la música? Hay millones de Benitos por el mundo, frustrados, pero con un talento increíble. Lamentablemente, estos Benitos nunca tendrán la misma oportunidad que tú”.

La polémica se enmarca en un contexto donde la inteligencia artificial en la música ha proliferado en internet, generando tanto admiración como críticas. Plataformas como Spotify han lidiado con la eliminación de canciones generadas artificialmente para frenar prácticas fraudulentas. Algunos artistas han aprovechado esta tendencia, como el caso del cantante Eladio Carrión, quien ha utilizado parodias creadas por fanáticos en sus conciertos.

Bad Bunny, en su último álbum "Nadie sabe lo que va a pasar mañana", ha buscado alejarse de su perfil más reguetonero, volviendo a sus raíces como trapero. Ante la controversia, el artista ha reafirmado su decisión de distanciarse de personas que participan en este tipo de prácticas: “Por eso mismo hice el nuevo disco, pa’ desacerme de gente así. Así que, chu chu, fuera”.

La polémica plantea preguntas sobre los límites éticos y creativos en la era de la inteligencia artificial en la música, desencadenando un debate sobre la autenticidad y el futuro de la industria musical.