No quieren reconocerlo. Insisten en que son especulaciones producto de la mala fe, pero se van acumulando coincidencias. Durante la noche del martes, el Congreso de Baja California avaló una vez más la reforma que permite la ampliación de mandato del gobernador electo Jaime Bonilla. La secretaria de Gobernación dice que ella, en su calidad de secretaria de estado, se mantiene en silencio pues debe respetar el federalismo. No obstante, uno de sus subsecretarios, Ricardo Peralta, publicó un artículo en Excélsior defendiendo la legalidad de la ampliación de mandato en Baja California. ¿Quién le autorizó a publicar ese artículo? ¿Era solamente un posicionamiento personal o una línea oficialista?
Es muy difícil creer que una medida así de provocadora, polémica y legalmente cuestionable proceda sin el visto bueno de las más altas instancias del Gobierno federal. El Presidente de México dijo que se le caería la cara de la vergüenza si lo hubieran consultado. ¿Y si no lo consultan, no pasa nada? ¿Puede vulnerarse el federalismo sin ningún pronunciamiento categórico del Gobierno federal? Dicen que se respetan los distintos niveles de Gobierno, pero ¿qué pasa con el juramento de guardar y hacer guardar la Constitución?
Esta misma semana, la Presidencia de la República no entregó la carta del Presidente López Obrador donde se comprometía a la no reelección. Se le pidió mediante una solicitud de transparencia. ¿Coincidencia? El Presidente declara que no piensa reelegirse por cuestión de principios ¿y por respeto a la ley que lo prohíbe? Dicen los expertos en comunicación política que la mejor manera de afirmar algo e introducirlo en la mente del público es negándolo muchas veces. El mensaje que reciben las audiencias es el opuesto. ¿Cuál es la necesidad de negar el afán reeleccionista constantemente si éste no existe?
Que se demuestre en los hechos, no en declaraciones.
Los hechos hoy presentan muy malos augurios. Baja California puede establecer un antecedente nefasto. Ya lo hemos dicho, con ese precedente, cualquier cacique local buscará ampliar la duración de su gobierno para controlar a largo plazo su estado. Un congreso opositor podría intentar la reducción del período de un gobernador que le disguste. Se abre la puerta no necesariamente para reelegir, pero sí para prolongar el período presidencial. Podría decirse “el Presidente de México no se reelige, pero se le concede una prórroga a su Gobierno.”
¿Eso queremos?
Ya se han pronunciado públicamente contra la medida gente como Porfirio Muñoz Ledo y Tatiana Clouthier.
¿Para cuándo un posicionamiento público de condena por parte de grupos como Democracia Deliberada?
¿Permanecerán indiferentes a lo que acontece en Baja California? Un conocido dicho popular mexicano asegura que quien calla, otorga. Las condenas colectivas son indispensables para revertir este atropello. De otra manera, quién sabe lo que se está avalando para el futuro…
•Internacionalista y analista político:
@avila_raudel