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Brasil en Premios Oscar: La cultura brasileña conecta íntimamente con el resto del mundo

Brasil en Premios Oscar: La cultura brasileña conecta íntimamente con el resto del mundo

Tendencias martes 28 de enero de 2025 -


Por: Dani Franco*

Notistarz

La cultura brasileña conecta íntimamente con el resto del mundo con la película “Aún sigo aquí”, nominada para las categorías de Mejor Película, Mejor Película Internacional, y Mejor Actriz para Fernanda Torres.

“Ainda estou aquí” en su título original, es una de esas películas que, más que contarnos una historia, nos invita a sentirla profundamente, a cuestionarla y a explorarnos a través de ella.

Dirigida por el director brasileño Walter Salles, quien ya es conocido por sus trabajos cargados de sensibilidad y reflexión, esta obra se sumerge en una historia cargada de emociones crudas y reflexivas.

La película no solo se destaca por su contenido, sino también por la forma en la que lleva al espectador a un viaje emocional introspectivo, permitiéndole conectar con la esencia misma de los personajes y sus dilemas existenciales.

La trama de “Aún sigo aquí” se desarrolla en una ciudad brasileña cargada de contrastes, en la que la vida de un joven se ve marcada por la pérdida y la búsqueda desesperada de una identidad que parece haberse desvanecido en un mundo saturado de ruido y vacío.

La figura del protagonista, un joven atrapado en la confusión de su presente, está interpretada de forma magistral por el actor principal, cuyo nombre deja una huella imborrable en cada escena. Es una actuación tan genuina y conmovedora que resulta casi imposible no identificarse con su lucha interna.

Lo que hace realmente especial a “Aún sigo aquí” es su capacidad para mostrar la vulnerabilidad humana sin tapujos. Walter Salles crea una atmósfera tensa y al mismo tiempo profunda, una que nos deja con la sensación de que somos testigos privilegiados de un momento crucial en la vida de su protagonista.

La cinematografía es impecable, con tomas que parecen estar diseñadas para captar los momentos de intimidad y angustia de una manera tan orgánica que resulta casi poética.

La música es otro de los grandes aciertos de la película, pues acompaña cada escena con la sutileza de un susurro. No hay un solo acorde que esté fuera de lugar; cada nota tiene una razón, y cada pausa parece cargar un mensaje emocional oculto que va más allá de las palabras.

El sonido, con su melancolía, se convierte en otro personaje que da vida a las emociones no expresadas.

Además de la riqueza visual y sonora, lo que más destaca de “Aún sigo aquí” es su dimensión filosófica. La película, más allá de ser un relato sobre la pérdida o la búsqueda de sentido, se convierte en una reflexión sobre lo efímero de la existencia. Preguntas sobre la memoria, la pertenencia, el amor y el dolor surgen de manera sutil pero constante.

El joven protagonista, mientras se enfrenta a sus propios demonios, nos hace pensar en nuestra propia fragilidad y la importancia de los momentos que, aunque no siempre comprendemos en su totalidad, son los que nos definen.

Es una película que no da respuestas fáciles, ni las busca. En lugar de eso, se sumerge en la complejidad de los sentimientos humanos, en la contradicción constante entre lo que somos y lo que quisiéramos ser, en la lucha por encontrar un propósito en un mundo que, muchas veces, parece indiferente.

La dirección de Walter Salles brilla por su sutileza. Salles no fuerza la emoción ni sobrecarga las escenas; en su lugar, construye una atmósfera que permite que cada sentimiento surja de manera natural, como si estuviéramos compartiendo un espacio íntimo con el protagonista.

Es un cine de mirada profunda, de espacios vacíos que se llenan con la presencia de la audiencia, que se convierte en un espectador involucrado en el proceso de búsqueda.

“Aún sigo aquí” no es solo una película para ver, sino para vivir. Nos invita a mirar hacia adentro, a reconocer nuestras propias grietas y a encontrar belleza en la imperfección.

Es un recordatorio de que, aunque el camino a veces parezca incierto, seguimos aquí, seguimos viviendo, seguimos buscando. Con una actuación memorable y una dirección llena de sensibilidad, esta película no solo está nominada a los premios Oscar 2025, sino que deja una huella emocional que permanecerá con quien se atreva a sumergirse en su universo.

"Ainda estou aqui" en su título original, Desde una perspectiva cinematográfica, se puede decir que la película tiene un enfoque introspectivo y utiliza un estilo muy sutil en su narrativa, lo que le da una atmósfera bastante íntima.

El trabajo con los personajes es profundo, mostrando emociones complejas y detalles sutiles en las interacciones humanas. En términos visuales, el uso del espacio y los planos puede ser muy simbólico, algo típico de muchas películas brasileñas que buscan contar historias de manera emocional y a veces minimalista.

La dirección parece ser muy consciente de la importancia del silencio y de cómo los pequeños gestos pueden decir mucho más que las palabras.

En cuanto a las nominaciones, el impacto que la película ha tenido en los críticos y en los votantes de los premios refleja su capacidad de conectarse con la audiencia en un nivel universal, a pesar de ser una obra profundamente enraizada en la cultura brasileña.



*Dani Franco es actriz colombo-venezolana



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MH/CR

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