Otros Datos

El peligro es oír tantas que ya no reconozcamos la verdad.

¿Qué hacemos entonces?” Chernobyl, HBO, Craig Mazin.

A partir de hoy tendré el gusto de compartir cada jueves con usted lector la columna “Otros datos…”. Donde aspiro a provocar reflexiones en pro de una lectura informada, transparente, con cierta picardía, pero sobre todo; coadyuvar en la construcción de ciudadanía y de transparencia. Retos que, afirmo, son ya inaplazables en nuestra democracia.

Después de la marcha del #2deOctubreNoSeOlvida, me inquieta la pregunta ¿Cómo lograr que los mexicanos vivamos una fraternidad renovada y permanente? ese sentimiento nato y ajeno a las heridas del egoísmo, de la mentira, de las traiciones, de la politiquería, del asecho frío del oportunismo, de la corrupción.

¿Acaso se requiere de un sismo? ¿Del deceso de alguna celebridad o prócer? ¿De la conmemoración de alguna tragedia nacional? ¿Del linchamiento político de quienes acusamos como culpables de la desdicha nacional? ¿De algún “generalísimo” o divinidad?

La historia nos muestra que la heterogeneidad política, religiosa o económica de México es tan basta que se requiere de todo un poco para movernos colectivamente, pero hay algo que sin duda influye en ello, esto es; la narrativa de la “verdad”.

Por supuesto que no es un objetivo de esta columna debatir sobre la concepción de la verdad y sus implicaciones filosóficas, puesto que cabría toda clase de escepticismo sobre una pregunta aún más inquietante ¿quién posee la verdad? ¿Los medios de comunicación? ¿Las instituciones? ¿Los políticos? ¿Los ministros de culto? ¿Quién?

Nos encontramos limitados para obtener toda la información existente sobre un hecho o acontecimiento. Y esta limitación nos lleva a tomar partida por las aproximaciones —de los datos, de los medios, de las redes sociales—, y con ellas construimos una conclusión sobre la verdad.

Pero… ¿Qué sucedería si todas las “verdades” hasta hoy fueran mentiras? ¿Sabríamos como reconocerlas? Es oportuno preguntárnoslo, sobre todo en este momento donde es claro que México está en medio de la reconstrucción de una narrativa que trastocará todo aquello que parecía y no lo es.

Los “otros datos…” se confabulan como una expresión política de fondo y no de forma que trastoca el statu quo de la narrativa predominante y que exige del más estricto escrutinio público y de la integridad ciudadana. No hacerlo así, nos condena a una “fraternidad” temática y estéril.

Donde el riesgo inminente es estancarnos en un resentimiento profundo, producto de “verdades a medias”, de la manipulación, de los enemigos imaginarios y de nuestras propias limitaciones.

•Colaborador de Integridad Ciudadana

A.C. @Integridad_AC @VJ1204