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Canto a una generación que se muere, muestra que reflexiona  sobre la paradoja de la  incomunicación en la era actual

Canto a una generación que se muere, muestra que reflexiona sobre la paradoja de la incomunicación en la era actual

Entornos martes 26 de noviembre de 2019 -

Por Martha Rojas

*** Mario Llaca, responsable del proyecto de la galería Taller 138, afirma que el espacio va encontrando su nicho en el mercado y que sus propuestas hallan eco en la comunidad

La exposición Canto a una generación que se muere, de Apolo Cacho (Ciudad de México, 1987), está inspirada en el manga japonés, es el corpus de un proyecto editorial de largo aliento del artista y en ella alude a la épica de las generaciones precedentes, y a las que actualmente se hallan sumergidas en la conexión a los teléfonos celulares, o a quienes se aíslan en la soledad en medio de la depresión; el concepto de esta serie fue detonada por las fuertes protestas de los jóvenes en Francia en 2014, mientras el autor realizaba una residencia artística en ese país.

La galería Taller 138 abrió la muestra Canto a una generación que se muere, constituida por los dibujos originales de esta historieta en la que evoca la técnica del manga, una parte de la obra la desarrolló Apolo Cacho en Oaxaca, donde trabajó con Francisco Toledo. Son 30 piezas, entre dibujo y pintura. La galería Taller 138, ubicada en la calle Santa María la Ribera de la colonia Santa María la Ribera, abrió el febrero de 2018.

En entrevista, el responsable del proyecto, Mario Llaca expone que desde la apertura del espacio se ha buscado trabajar con artistas muy destacados o proyectos muy interesantes, como es el caso de Apolo Cacho, un joven artista que obtuvo una residencia artística en La Maison des Auteurs en Angoulême, Francia, a los 23 años, al igual que con artistas como Daniel Lezama o Fernanda Brunet, quienes ya tienen una trayectoria.

Mario Llaca refiere que la galería busca responder a los movimientos del mercado y del interés por el arte, apoyándose de manera importante en su educación visual y su especialización en los mercados del arte, con base en un gusto que no descuida el aspecto estético.

El galerista relata que se ha buscado mostrar a artistas con reconocimiento que cuentan con un cuerpo de obra importante en los últimos 20 años, pero al mismo tiempo a artistas jóvenes con una propuesta interesante. Señala que otro aspecto destacable es que iniciaron con la colaboración de un curador muy joven, Laos Salazar, quien tiene un proyecto propio independiente que se llama Salón Silicón, este factor le ha añadido “frescura a la ensalada”.

La galería apoya a artistas jóvenes siempre y cuando converjan con los conceptos básicos del mercado, --precisa Mario Llaca. Antes de iniciar con el taller ya teníamos un mercado con coleccionistas extranjeros, y eso nos ha permitido también sortear las peripecias de lo que implica el comienzo y ha permitido trabajar de manera holgada con lo que nos gusta, no tener que estar sujetos al mainstream de los mercados de las ferias del arte que se realizan en México. De acuerdo con el galerista, el Taller 138 está fuerte, propone cosas nuevas y encuentra eco en la comunidad artística y del mercado del arte. “Nos empiezan a buscar los coleccionistas que inician o los que ya son muy especializados y que vienen con nosotros y encuentran obra o rara, o distinta, pero que les llama la atención porque se trata de una propuesta interesante.

La galería se ha afincado en el nicho del coleccionista especializado que sabe, conoce y está buscando algo muy específico. Esto lo da la posibilidad de saber el contexto de los mercados, así como saber invertir.

El Taller 138 inició comprando las colecciones de Galería Pecanins que ya era un cuerpo de obra consolidado. Es decir, no empezamos de cero, cuando abrimos ya traíamos un trabajo detrás, explica Mario Llaca. A la pregunta sobre qué ocurrió cuando hace más de 20 años hubo quienes pretendieron decretar la muerte de la pintura, el especialista en afirmó que fue un fenómeno que se dio por dos factores: el desconocimiento de lo estaba pasando realmente ante el surgimiento de algunas formas del arte contemporáneo.

Y del otro lado, cuando uno habla del arte, a veces uno de trata de imponerse sobre los demás o sobre la opinión o los gustos de los demás, pero eso es un error. Al final esa postura no te da puntos críticos. El arte sigue siendo arte, no importa la técnica. Y era una forma de querer posicionar otras técnicas. Mario Llaca hace una reflexión sobre la propuesta del Taller 138. “Lo que buscamos con la exposición de Apolo Cacho es continuar con un orden en la ruta estratégica de la galería.

Recientemente tuvimos un gran reto con la exposición de Fernanda Brunet, que entra perfectamente en el gusto de los coleccionistas, pero que también es muy respetada en los circuitos artísticos, luego tuvimos la exposición Habla mi lenguaje, con artistas ya muy reconocidos que nos permitió descansar de lo fuerte que fue el proyecto de Fernanda Brunet y ahora la muestra de Canto a una generación que se muere marca esa búsqueda de la galería.

La exposición Canto a una generación que se muere, de Apolo Cacho, puede visitarse de 11:00 a 19:00 horas, en la galería Taller 138, calle Santa María la Ribera No. 138, colonia Santa María la Ribera. Apolo Cacho participó en el 42º Festival Internacional de la Bande Dessinée con la exposición Sillages. Su obra ha sido expuesta en Groningen, Viena, Nueva York, Los Ángeles, Seúl, París y en varios lugares de México, como el Museo Nacional de San Carlos, Museo Tamayo, Museo de Arte Moderno y Museo Universitario del Chopo. Ha sido en tres ocasiones becario del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca).



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YC/CR

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