De nada sirven las disculpas públicas si las instituciones responsables de procurar la justicia en el país y en este caso en la Ciudad de México no dan muestra no sólo de voluntad sino de capacidad para investigar, dar con los responsables y sentenciarlos, con lo cual se abatiría la impunidad que es precisamente en la que se escudan los delincuentes para atentar contra cualquiera y la sociedad misma.
El caso de la muerte de Aideé, estudiante del CCH Oriente, es botón de muestra reciente del descuido, incompetencia o, de plano, afán por desinformar. Son muchas las versiones, la mayoría provenientes de filtraciones de la Procuraduría capitalina, que se han conocido como causa de la muerte de la joven y más el origen de la bala que habría segado su vida.
Entre las inconsistencias y versiones sobre la posible causa de la muerte de la chica se cuentan la diferencia de la hora en que sucedieron los hechos: unos hablan de las 15 horas otros de las 16:45. Una tía de la joven declaró a un programa de TV que la muchacha permaneció casi 45 minutos en la enfermería; estudiantes refieren que la ambulancia del ERUM arribó casi una hora después de ocurrido el incidente y que las autoridades del plantel retrasaron el traslado de Aideé al hospital, donde finalmente murió.
Pero lo que más ha causado confusión es la bala. Primero se dijo que era de calibre pequeño, 22 milímetros, y que habría sido disparada de una plumabala; después corrigieron y se habló de un calibre mayor: 9 milímetros. Otro hecho que también provoca mucha inquietud es el punto de origen del disparo. De nuevo las autoridades se enredaron; en principio señalaban que habría sido en el salón, después que fue fuera del aula, más adelante que fue a unos 300 metros de distancia y que incluso pudo provenir desde fuera del plantel, desde un baldío o la misma base la Secretaría de Marina que se encuentra cerca.
Y como la desconfianza ya está plantada, la procuradora Ernestina Godoy informó que pedirá que su dictamen sobre la muerte de Aideé sea palomeado por la Fiscalía General de la República y la Universidad Nacional Autónoma de México.
En días pasados se cumplieron dos años de que una joven fue encontrada muerta cerca del Instituto de Ingeniería en Ciudad Universitaria. Peritos determinaron, sin estudio de rigor, que la causa de la muerte fue suicidio.
La Procuraduría, por medio de su vocera, trató de estigmatizar a la joven, situación que causó gran indignación. Ese torpe manejo de la Procuraduría capitalina desató el movimiento “Nos queremos vivas”, que repudiaba que se desacreditara a las mujeres víctimas de violencia.
FOX EN SU LABERINTO
Por su pasado político y su presente, en el que todos los días se dice agraviado y se considera mejor conductor de hombres y de gobierno, no es difícil imaginar a un Vicente Fox que se imagina así como un próximo Guaidó mexicano
•Editor. Actualmente director del portal
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