China y América Latina ante la cancelación de APEC

Las expectativas sobre la reunión del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) que tendría lugar en Chile eran altas. En primer lugar, se esperaba identificar tendencias sobre el rumbo del comercio internacional y la postura de Jefes de Estado al respecto en tiempos en que políticas proteccionistas parecen aventajar al libre mercado. Segundo, se esperaba un diálogo entre los líderes de Estados Unidos y China para lograr acuerdos, por lo menos interinos, en torno al conflicto comercial entre ambas naciones. Tercero, Chile esperaba demostrar que, como lo había mencionado Michelle Bachelet en 2017, la nación estaba lista para convertirse en el nodo de cooperación entre Asia y América Latina debido a su estabilidad y crecimiento económico. Todas las expectativas se vinieron abajo.

En cuanto al primero y al segundo punto, la cancelación de APEC añade, sin querer, incertidumbre y tensión al escenario comercial internacional. El conflicto comercial entre Estados Unidos y China continuará entonces y tendrá que acordarse otro punto de reunión para que los Jefes de Estado dialoguen al respecto. Por otra parte, la situación deja en segundo plano otros puntos de la agenda comercial de Estados Unidos que son prioridad para otros países, como por ejemplo el T-MEC.

Pero el tercer punto es el más preocupante. Hace casi tres años, la entonces líder del ejecutivo en Chile, Michel Bachelet, señaló en el Foro de la Franja y la Ruta en Beijing que Chile deseaba ser la nación puente para facilitar las relaciones comerciales entre China y América Latina ya que la nación se encontraba en constante desarrollo y crecimiento económico y contaba con las condiciones de estabilidad política para hacerlo. En ese momento, las relaciones comerciales entre China y Chile mejoraron significativamente, se facilitaron procesos de importación y exportación de productos agroindustriales y la cooperación académica también aumentó.

Así, China puso también en Chile sus expectativas de influencia política y económica en América Latina. En el marco de cooperación de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, China esperaba que Chile promoviera en América Latina infraestructura que interconectara a diferentes países de la región y que promoviera también coordinación en el diseño de políticas regionales, algo similar a lo que China está construyendo en Eurasia.

Con la cancelación de APEC, Chile pierde credibilidad a los ojos de China y suma un fracaso más a los intentos realizados por el gigante asiático para acercarse de manera exitosa a América Latina entre los que destacan proyectos de infraestructura cancelados como el tren México- Querétaro y el centro comercial Dragon Mart que sería edificado en Cancún y proyectos en Brasil que han sido cancelados por asuntos de corrupción.

La cancelación del foro no sólo afecta a Chile sino a toda la región al evidenciar su volatilidad e inestabilidad social, política y económica. No debería sorprendernos que China quite relevancia a su agenda con América Latina y de prioridad a proyectos que por lo menos hasta ahora han resultado fructíferos como el Sudeste Asiático, Asia Central e incluso Europa.