Es verdaderamente dramático lo que ocurre con chivas. La ola de malos resultados y decisiones que no parecen atinadas tienen ya muchísimos años y esta semana cobraron una nueva víctima en la figura de José Saturnino Cardozo.
Conforme siguen pasando los meses, queda más claro que Matías Almeyda sacó agua de las piedras con aquel meritorio título en el Clausura 2017. Quizá hablaríamos de una crisis más severa de no ser por los campeonatos que el argentino consiguió, incluso con rupturas con la directiva de por medio.
En medio de ese pequeño Oasis, el resto han sido una serie pavorosa de malos resultados, torneos sin calificar a liguilla, problemas de descenso y una terrible falta de resultados que, como bola de nieve, solo ha ido creciendo.
Una máxima muy célebre en este negocio es que, si hay fallas durante un partido o un torneo, quizá sea culpa del jugador o el entrenador. Pero si se suman fracasos temporada a temporada quizá las culpas se repartan más arriba. Y ya no hablo de las directivas, que también han tenido cambio tras cambio en su organigrama. Quizá ese es el problema en Chivas, que la incapacidad este posiblemente en el mando mayor y un cambio de dueño sería, por qué no, el camino a una reconstrucción.
Uno de los factores que los fanáticos más extremistas han querido poner en la mesa en más de una ocasión es el de los extranjeros. Yo sí creo que hay una desventaja para el Guadalajara en esa política 100% mexicana en su plantilla, y no es porque dude de la calidad de nuestros jugadores, para nada.
El problema radica en que, en un mercado tan reducido, los precios para el equipo siempre se elevarán por los cielos. Incluso cuando no se trata del rebaño, el traspaso de un futbolista tricolor en el mercado interno siempre es complicadísimo en el aspecto monetario, más aún cuando ese es tu único aparador, como ocurre en este caso.
Las fuerzas básicas siempre deben ser una apuesta obligada, y Chivas históricamente se caracterizó por aportar jugadores a la liga y a la selección. Pero ante la crisis que se desarrolló todos estos años, no hay mucho margen para que los novatos salgan y de inmediato se echen encima toda la presión de los resultados, eso sería muy injusto.
Con esos puntos sobre la mesa, la labor es titánica. Jorge Vergara se ha alejado de la luz pública, Amaury Vergara, José Luis Higuera y Mariano Varela encabezan un proyecto sumido cada vez en más dudas. La posibilidad matemática de salvar este torneo ahí está, y siempre se debe apostar a ganar mientras tengas la más mínima oportunidad. Pero que eso no ciegue ni distraiga el problema principal.
El problema de Chivas es profundo, que ha permeado más allá de lo deportivo. A su vez, a nivel de cancha, los retos también ahí están, como una nueva lucha contra el descenso el próximo año.
¿Quién será el valiente que le entre?
•Periodista y analista deportivo
alex.lindoro@gmail.com / @AlexLindoro