Comunicación contradictoria

Se dice con frecuencia y con muy buenas razones, que el Presidente Andrés Manuel López Obrador es un comunicador muy exitoso. Pocos políticos en la historia del país han logrado esa conexión con sus auditorios y esa capacidad para que el público adopte como propios los planteamientos presidenciales. Ahora bien, esa capacidad no se extiende a los colaboradores de su gobierno.

La semana pasada nos enteramos por el periódico La Jornada que Antonio Martínez Velázquez, el titular de comunicación de la Secretaría de Cultura, puso a circular un manual para evitar “trampas” de los reporteros. En esa misma nota del diario, nos enteramos que “de hoy en adelante, cualquier entrevista a algún servidor público de la Secretaría de Cultura federal debe solicitarse con tres días de anticipación al encargado de área de cada oficina, por escrito, llenando un formato, para que se turne la petición a Comunicación Social y sea ahí donde den luz verde”.

Sólo falta que pidan las preguntas por anticipado y se sujeten a revisión de la burocracia cultural. Esto se suma al gazapo anterior de la Secretaría de Cultura cuando equivocó la fecha de la Batalla de Puebla en un comunicado oficial. Al principio, parecía que se trataba de sucesos anecdóticos propios de la curva de aprendizaje de funcionarios nuevos. Tal vez son reveladores de cuestiones más amplias.

Hace un par de días la Secretaría de Bienestar subió a Twitter una imagen donde se leían las siguientes perlas: “5 razones por las que no quieres bienestar en México: 1.- No sientes amor por tu país y quieres que la injusticia y la desigualdad predomine… 3.- No quieres permanecer en tu país, con tu cultura y tradiciones, quieres migrar al extranjero en busca de una mejor vida…”. Estas baratijas maniqueas descalifican a la crítica e insultan a los mexicanos que tuvieron que migrar al extranjero forzados por la mala situación económica de su país. Supone que la gente se va por el gusto de exponerse a vejaciones internacionales. Resulta extraño que un gobierno supuestamente de izquierda se proponga atacar a los migrantes mexicanos en el exterior, en lugar de defenderlos.

La cuenta oficial de Twitter de la Secretaría de Bienestar borró el mensaje anterior y escribió “hacemos del conocimiento que no contaba con validación para su publicación”. No se sabe de dónde salen estas expresiones autoritarias, pero empiezan a evidenciar profundas diferencias de criterio dentro del gobierno. Ayer, AMLO desmintió brutalmente a Arturo Herrera, subsecretario de Hacienda, quien había anunciado al Financial Times un retraso en la construcción de la refinería en Dos Bocas para apoyar a Pemex. El Presidente dijo que la construcción continúa. La inconsistencia en los mensajes gubernamentales empieza a exhibir rasgos preocupantes.