Hoy es Miércoles de Ceniza, fecha en que para los católicos es el inicio de los 40 días de preparación para vivir religiosamente la Semana Santa, los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo.
En la misa se bendice e impone en la frente de los fieles la ceniza hecha de las palmas bendecidas en el Domingo de Ramos del año anterior.
El gesto de cubrirse con ceniza tiene el sentido de reconocer la propia fragilidad y mortalidad, que necesita ser redimida por la misericordia de Dios.
Lejos de ser un gesto puramente exterior, la Iglesia lo ha conservado como signo de la actitud del corazón penitente que cada bautizado está llamado a asumir en el itinerario cuaresmal.
La palabra ceniza, que proviene del latín “cinis”, representa simbólicamente la muerte, la caducidad, y también humildad y penitencia.
Las cenizas son impuestas en la frente, haciendo la señal de la cruz con ellas mientras el ministro dice las palabras bíblicas: “Acuérdate que eres polvo y en polvo te convertirás”, o “Conviértete y cree en el Evangelio”.
Este acto tiene lugar en la Misa al término de la homilía. Luego, quien recibe las cenizas, es costumbre que se retire en silencio a meditar.
Redacción ContraRéplica
Imgen Cuartoscuro