La semana pasada explotó un conflicto de dimensiones sin precedente entre la Guardia Nacional y la Policía Federal. Es extraño ver a una institución como esta en contra del Gobierno. Fuimos testigos de cómo importantes vialidades, Periférico, al sur y al oriente, por ejemplo, fueron cerradas por policías federales, así como la carretera a Pachuca y el Centro de Mando en Iztapalapa. Y el conflicto sigue.
Consideramos que mucho del problema viene, se debe a que en el Congreso de la Unión se estableció que la Guardia Nacional tendría un mando civil, pero el Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, está construyendo una institución militar; esto es el verdadero origen de las protestas de los integrantes de la Policía Federal.
Tampoco podemos perder de vista que el presidente está construyendo una extensión del Ejército y la está etiquetando con el nombre de Guardia Nacional, lo que constituye una violación constitucional originaria.
Yo me preguntaría, ¿alguna vez se ha cuestionado a los policías si quieren ser militares? Porque parece que NO quieren ser militares y el gobierno los quiere obligar.
Y por eso desde el Gobierno se ha articulado una campaña de desprestigio en contra de la Policía Federal, cuando en realidad lo que sucede es que los derechos laborales de los policías están siendo violados, no se respetan sus prestaciones, se les obliga a renunciar a derechos previamente adquiridos, y se lestilda de corruptos, por decir lo menos.
López Obrador afirmó que detrás de estas manifestaciones “hay mano negra”; en tanto que Durazo afirmó que las protestas están siendo encabezadas por personas que se han beneficiado dela corrupción en la corporación, lo que deslegitima el muy válido derecho a la protesta.
En cuanto a la parte netamente jurídica, no podemos dejar de ver que existe una violación abierta a la Constitución,al crear una institución castrense subordinada a la Secretaría de la Defensa, en lugar de una institución policiaca civil.
Se nos engañó a los que somos defensores de los derechos humanos, al crearse una excepción dentro del quintotransitorio de la reforma a la Constitución, para que el Ejército realice directamente tareas de seguridad pública, pero no para militarizar la Guardia Nacional.
El Ejército podría realizar tareas de seguridad pública, amparado en dicho precepto, como ejército, no es necesario disfrazarlo de Guardia Nacional; de tal forma que la verdadera intención es la creación de una Guardia Nacional con una lógica militar, que no le corresponde.
Es una lástima que todos los esfuerzos que se realizaron en administraciones pasadas por crear un cuerpo élite de la policía, sean tiradas a la basura, solo porque el actual presidente considera que hay que eliminar todo lo que ha sido creado por otros gobiernos, funcione bien o no.
•Especialista en Derecho Constitucional
y Penal