Contra el fanatismo

Este autor, consagrado a nivel mundial con su novela Una historia de amor y oscuridad, fue también un ensayista notable. La presente se trata de una obra publicada hace algunos años por el gran escritor israelí en la que vierte sus últimas reflexiones sobre el conflicto entre Israel y Palestina. Pero no nada más eso. Contra el fanatismo incluye ensayos, entrevistas y conferencias del célebre autor israelí explicando los peligros de la intransigencia en todas las cuestiones políticas. El libro ha sido elogiosamente reseñado por todos sus lectores y lleva varias reimpresiones en numerosos idiomas.

Contra el fanatismo reivindica el valor del diálogo y sobre todo de la tolerancia como el único recurso para garantizar la convivencia pacífica entre los seres humanos. Critica por igual el terrorismo palestino que el militarismo de Israel y se pronuncia por la solución de los dos estados. No se hace ilusiones sin fundamento. Amos Oz sugiere que la solución de dos estados no será una reconciliación amistosa sino un divorcio civilizado. Ambas naciones han padecido persecución a lo largo de la historia y han reaccionado violentamente en las últimas décadas.

El escritor tampoco es un idealista ajeno a toda forma de realismo. Oz se opone al pacifismo a ultranza. Dice que la guerra puede ser necesaria para defender la vida y la libertad, pero dice, nunca para extender el territorio de un país. Habla del mal y la fascinación que ese fenómeno ha ejercido siempre sobre la humanidad, específicamente en la literatura. Se refiere a personajes como Yago, Mefistófeles, el patriarca de García Márquez y otros. El mal existe, dice Amos Oz y el terrorismo, así como el odio político son una de sus manifestaciones. A los sociólogos les gusta negar la existencia del mal justificar todas las actividades nocivas del hombre como consecuencia de su entorno. No obstante, el autor de este libro alude a su gran controversia con su compatriota más famoso (Jesús). Oz comenta aquella frase “perdónalos porque no saben lo que hacen” y está de acuerdo con perdónalos, pero afirma que no se vale excusar a los seres humanos con la idea de que no saben lo que hacen. Todos estamos conscientes cuando dañamos a alguien, incluso los niños que le jalan la cola a un perro.

Los argumentos de Oz se refieren al conflicto en Oriente Medio, más son aplicables a toda coyuntura política polarizada. Es posible leerlo como una advertencia frente a la constante incitación al enfrentamiento en la política contemporánea.

Finalmente sugiere la única cura para el fanatismo: el humor. Dice que ningún fanático es capaz de reírse de sí mismo. Impulsemos entonces el sentido del humor.

•Internacionalista y analista político:

@avila_raudel