“No hay nada más peligroso que no arriesgarse”, Pep Guardiola Una buena fotografía consta de una buena composición, una historia que contar, y un punto de interés, que puede ser una persona, un animal, un objeto o muchos de estos.
La composición perfecta sí existe, y es la que utiliza la luz a su favor, dependiendo de qué o a quién vas a fotografiar. La decisión fundamental del fotógrafo es a la hora de decidir qué tipo de luz va a utilizar, y de dónde provendrá, si de manera natural o no.
Esta imagen lograda por la fotógrafa Dinuka Liyanawatte es un instante de vida, donde un niño intenta hacer una chilena o una tijera con su balón de futbol, bajo el cielo azul de Sri Lanka.
¿Cuándo hacer o no un contraluz?
Cuando el sol o la luz que está justo detrás de nuestro sujeto lo coloca en una posición en donde podemos capturar su silueta, convirtiéndola en el elemento más atractivo, por lo que las posturas que tome serán claves.
El futbol no lo enseñan desde que somos niños, al menos así viví yo. Aún y que en mis tiempos, jugar al balón era solo para niños, nosotras también jugábamos y aprendíamos, por que nos gustaba y otras por sobrevivencia social; es decir, había que aprender para salir a jugar con los hermanos, los vecinos o el niño que nos atraía.
Hacer este tipo de jugadas siempre ha sido la meta de quienes nos gusta y practicamos este deporte, es como sentirte un profesional sin serlo, o trasladarte a uno de los estadios más importantes en el mundo y tú eres justo uno de los jugadores más importantes del momento.
Muchos creen que hacer foto cuando hay poca luz no es opción, pero en realidad salir con la cámara a esa hora te lleva a componer imágenes más creativas, a buscar el momento exacto porque la luz está a contra reloj; es decir, los minutos cuentan y mucho.
Dinuka supo aprovechar el tiempo, la luz y al niño mientras jugaba a su favor.
Seguramente todos los que la vieron hacer la foto, pensaron que no iba a salir nada, por la oscuridad ya de la noche.
Pero las playas son para fotografiarse hasta que se oscurezcan por completo, porque mientras haya un rayo de sol, se pueden hacer maravillas.
Si logramos imaginarnos al niño haciendo esta jugada, seguramente la hizo de manera repetitiva para tener éxito, y Dinuka dio los clicks necesarios justo para que el balón quedara a la altura de su pie, su mano bien colocada para soportar el golpe de la caída y su perfil bien definido, incluso hasta podemos recrear su mirada y sus gestos de nerviosismo.
Una chilena a contra luz, fotografiada de manera perfecta es cumplir un sueño de la infancia, insisto, es sentirte grande, en toda la extensión de la palabra.
Es arriesgarse, con todo y el peligro de fallar o de una mala caída.
El futbol es apasionante para la mayoría de la gente, desde pequeños aprendemos a que el balón se patea y aprendemos a entonar la palabra GOL, aunque a ti no te guste, lo escuchas, lo registras.
Esta imagen me recuerda la trascendencia de la infancia en la vida de adulto, porque con el solo hecho de verla,me recordé haciendo esta jugada una y cientos de veces en el jardín de la casa..
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