Por Óscar Roa
En nuestro país existen historias verdaderamente inverosímiles, una de ellas es la única explosión volcánica provocada por el hombre.
Corría el año de 1919 cuando un capataz quería extraer azufre del volcán Popocatépetl, compuesto químico muy valioso, sobre todo cuando se extrae de un volcán pues se encuentra en un estado más puro. Siguiendo esta pauta, se organizó una expedición de 25 hombres, de los cuales solo viviría uno para contarlo, él fue José Mendoza.
El relato, corroborado gracias a las pinturas e historias del pintor mexicano Dr. Atl, cuenta que se adentró la expedición en el interior del volcán, es decir, en el cráter y procedieron a detonar 28 cartuchos de dinamita, lo cual ocasionó un fuerte sismo, despertando la actividad de “Don Goyo”; además, estas erupciones de vapor cargadas con ceniza duraron hasta 1938.