POR OSVALDO CÓRDOVA
Hoy cumple 86 años uno
de los personajes más influyentes de la escena política nacional contemporánea: Porfirio Muñoz Ledo y Lazo de la Vega.
Perteneciente a una estirpe de políticos intelectuales que veían en la educación el mejor vehículo para ascender,
Muñoz Ledo ha contribuido por más de 50 años a delinear una visión de la política nacional, la cual ha practicado con suma coherencia hasta el día de hoy.
Es precisamente ese ímpetu por ser
actor de los cambios del país lo que lo llevó a dirigir dos partidos políticos: el PRI y PRD; dos veces secretario de Estado: Trabajo y Educación; dos veces embajador: ante la ONU y ante la Unión Europea; candidato a gobernador: Guanajuato por el PRD; candidato presidencial por el PARM; senador y tres veces diputado federal y diputado constituyente del Congreso de la Ciudad de México.
Proveniente de una familia de clase
media, su padre profesor de Educación Física y su madre maestra de primaria, le inculcaron el amor al deporte, la lectura, la historia y el estudio.
Gracias a sus cualidades de estudiante
estudió becado la primaria y secundaria en el Instituto México y posteriormente la preparatoria en el Colegio Universitario México, institución marista.
Desde sus épocas de estudiante se
destacó como buen orador, después de superar la tartamudez que padeció en su infancia, y fue esta habilidad lo que llevó a sobresalir entre una generación brillante, a la que pertenecieron Carlos Fuentes, Víctor Flores Olea, Carlos Monsiváis, entre otros.
Su incursión a la política fue cuando
el entonces secretario del Trabajo, Adolfo López Mateos, apadrinó la Sociedad de Alumnos de la Facultad de Derecho de la UNAM.
Sin embargo, su entrada formal al ámbito público se dio a su regreso de Francia,
donde estudió su doctorado en Derechos Constitucional y Ciencias Políticas.
El estilo personal directo y elocuente
de Porfirio Muñoz Ledo ha despertado envidias y su talento ha incomodado a muchos durante los diversos cargos públicos que ha ocupado.
Hoy a sus 86 años, sigue demostrando
sus dotes de orador al dar lecciones a los noveles políticos.