Existe una ecuación que nos permite valorar siempre el nivel de un riesgo antes de emprender el camino hacia un nuevo reto; la ecuación requiere conocer tres factores: tus debilidades, el nivel de la amenaza que enfrentarás y tus virtudes, éstas últimas, son la herramienta con la que todos los seres humanos somos capaces, en mayor o menor grado, de superar nuestros propios retos.
En cualquier profesión, y también en el boxeo, muchos llegamos a
creer que tenemos cualidades que heredamos de nuestros padres, y que, por ende, deberíamos seguir los mismos caminos que ellos, sobre todo si nuestros padres, fueron amados y reconocidos por “eso que hacían tan bien”.
Eventualmente, la realidad demuestra que hay virtudes que no se heredan. Las cualidades de cada profesionista, de cada atleta, de cada persona,
se van puliendo de acuerdo con la manera que tiene para enfrentarse a la vida. Hace unos días, un ídolo mexicano, quien es también un querido amigo, Julio César Chávez, fue reconocido por el Consejo Mundial de Boxeo; en la convención que el organismo realiza cada año, una oportunidad única e invaluable para ver de cerca a grandes campeones, a los históricos del pugilismo; JC Chávez fue laureado con un cinturón conmemorativo creado en su honor, “Gran Jefe Maya” un simbolismo, aprovechando que la convención se llevó a cabo en Cancún, Quintana Roo. El aplauso del público y de algunos de los históricos ahí presentes, es un reconocimiento que sin duda merece.
Julio César, no solamente tuvo una carrera maravillosa, es ícono de una
fábula constante en el mundo del deporte y de la vida, pues llegó desde muy abajo, tocó el cielo, cayó, y hoy está de pie, más vigente que nunca.
Chávez es inspirador, muchos niños fueron al gimnasio por primera
vez, pensando en hacer lo que Julio César Chávez, algunos casi lo lograron, de hecho, estuvieron muy cerca; sus nombres sin duda serán parte de la historia, pero solamente habrá un Chávez. El homenaje que el CMB hizo para Julio César Chávez, lo realizó antes para Muhammad Ali, a quien reconocieron como “Rey del Boxeo”, en vida, como deberían ser los grandes homenajes. Será difícil encontrar otros dos boxeadores como Julio César Chávez y Muhammad Ali, pues los legendarios no crecen en macetas; ser popular y ser leyenda, no siempre es compatible.
Enhorabuena por esos seres humanos únicos que nos inspiran a vencer nuestro miedo y los límites que alguien, o nosotros mismos establecimos; para ellos, que nos permiten imaginar y seguir soñando, a quienes
nos motivan para superar nuestras debilidades, enfrentar las amenazas y pulir cada una de nuestras virtudes, todo el honor que la vida pueda brindarles, pues lo tienen bien merecido. Mi abrazo se suma al de todo México, felicidades “Gran Campeón Mexicano”, felicidades amigo, un fuerte abrazo Julio César Chávez González
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