Hace unas horas, el Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (INTERNATIONAL IDEA), organización intergubernamental que apoya la democracia sostenible en todo el mundo, presentó en su sede principal, Estocolmo, Suecia, la versión en inglés del Informe Estado Global de la Democracia 2019.
El documento se presenta por segundo año consecutivo y está construido a partir de una metodología robusta y transparente basada en una concepción multidimensional de la democracia, que incluye las métricas tradicionales, como la parte de integridad y autenticidad electoral y de ejercicio de los derechos políticos y civiles, pero también incorpora estudios de la calidad de la representación política y el estado del respeto, promoción y defensa de todos los derechos humanos; la independencia judicial; la participación de la sociedad civil; los derechos sociales; la integridad de los medios de comunicación; y el combate a la corrupción, entre otros.
El Informe, de 272 páginas, que revisa 28 aspectos de la democracia (basados en 97 indicadores) es producto de largas series de datos de 158 países, que van desde 1975 hasta la fecha, lo que asegura un adecuado balance entre las ópticas de corto y de largo plazos y destierra los análisis fundados en eventos particulares que, dice, “han enmarcado las narrativas alarmistas sobre el estado de las democracias modernas”. En efecto, el texto, reporta tanto las dificultades de la retrotracción democrática en algunos casos como diversos desarrollos favorables e innovadores institucionales, normativos y políticos, que también los hay.
Del mismo modo, explora tendencias, retos y oportunidades en la materia y por igual estudia y reporta el estado de las democracias a nivel nacional, regional que planetario, al tiempo que anuncia recomendaciones de probables soluciones a las problemáticas encontradas, tanto para los gobiernos nacionales como para los operadores de los programas de asistencia y los defensores locales proveyendo evidencia actualizada, completa y oportuna necesaria para informar de mejor manera los esfuerzos de ampliación y profundización democrática en sus países y regiones.
Es, pues, un documento serio, equilibrado y profesional que es de consulta obligada en este “mundo bipolar en el que, ante la ausencia de liderazgos globales, el autoritarismo crece en todas las regiones, por lo que urgen, como nunca antes, soluciones prácticas y acciones concretas en defensa de la democracia actual”.
En el prefacio, el Secretario General del Instituto, el costarricense Kevin Casas-Zamora, electo en agosto de este año, informa que el diagnóstico general es tanto esperanzador como preocupante y que los datos prueban dos cosas: que la democracia sigue expandiéndose por todo el mundo y que su calidad declina en lo general. Quizá el resumen ideal del reporte es su revelador subtítulo: “Abordando los males, reviviendo la promesa”. En entrega subsecuente entraré a los pormenores del Informe.