La zona rural de la Ciudad de México también vive días al borde con la inseguridad, Milpa Alta, Tláhuac y Xochimilco enfrentan a una delincuencia organizada que no frena y que tiene a sus habitantes abatidos en el olvido gubernamental.
Ayer, fue impactante presenciar y escuchar a un habitante del pueblo de Tulyehualco, en Xochimilco, demandando al jefe de la policía capitalina mayor seguridad.
“Ya no podemos vivir, hay pago de piso allá en Tulyehualco y hay gente ya identificada que realiza el cobro de piso...”, expuso angustiado un hombre de cabello cano, quien agregó que se está dando el robo abordo de motocicletas, por lo que el titular de la Secretaría de Seguridad Ciudadana alertó a su jefe de sector para establecer retenes de inspección para ubicar a posibles delincuentes.
Mientras se llevaba a cabo el programa Sí al Desarme, sí a la Paz, este hombre mencionaba que en varias colonias amanecen lonas en las que la comunidad está invitando a que cada vecino compre una pistola para defenderse.
Desde la gestión de Avelino Méndez como jefe delegacional, el incremento de delitos de alto impacto y el posicionamiento de grupos criminales como lo son Los Rodolfos, quienes han tomado el centro de la alcaldía y se extienden en la zona de la montaña de esa demarcación, no han sido frenados.
No obstante, fue uno de los grandes pendientes de la administración y ahora se vuelve en encomienda para el equipo de Claudia Sheinbaum. El propio Orta Martínez señaló que en Xochimilco sólo hay dos sectores de policía y está en análisis la construcción de un tercero, el cual no ha sido definido, pero que debería operar antes de que concluya el año, incluso podría servir de base para elementos de la policía metropolitana, Granaderos que fueron destinados a otras funciones, luego de que la Jefa de Gobierno anunciara el retiro de este grupo, en su discurso de toma de posesión.
En el primer desarme llevado a cabo en Xochimilco, durante la administración morenita, la secretaria de Gobierno, Rosa Icela Rodríguez informó que de las mil 120 personas que han entregado alguna arma dentro del programa Sí al desarme, sí a la Paz, en los más de dos meses que lleva implementado esta acción de gobierno, el 44 por ciento son adultos entre 36 y 59 años, el 41 por ciento son adultos mayores de 60 años.
De esta cifra, él y dio a conocer que más del 56 por ciento de los participantes se enteraron a través de los medios de comunicación.
“A lo mejor con un arma que el día de hoy se destruya a salvar una vida o se ayuda a evitar que una familia pase varios días en un hospital porque hay alguien herido. Se trata entonces, en resumen, de fomentar la cultura de la paz y de la no violencia”, expuso la secretaria de Gobierno en su participación en el poblado de Santa Cruz Acalpixca.
Lo importante también será tener la compra de armas que se está llevando a cabo en estas alcaldías rurales.