Desde hace semanas el tema de la despenalización del aborto en algunas entidades federativas ha despertado interés, opiniones diversas y controversia. El tema tiene varias aristas desde las cuales se puede opinar; sin embargo, las discusiones principales se centran en determinar si se atenta o no contra la vida del feto y/o si la despenalización del aborto contribuye a la disminución de decesos por realizarse intervenciones inseguras y riesgosas.
En mi opinión, con perspectiva de género y progresista, penalizar el aborto es una acción ineficaz para proteger la vida del
feto; restringe y viola el derecho de decidir si tener o no hijos y el control sobre cuándo hacerlo; aumenta los abortos inseguros; recrudece la mortalidad de las mujeres pobres y jóvenes y agudiza desigualdades de género en diferentes aspectos de la vida. Por lo anterior, señalo tres razones que apoyan la despenalización del aborto temprano y seguro.
1. Despenalizar el aborto evita la muerte y pérdida de la salud
de mujeres, niñas y adolescentes por una intervención riesgosa.
Erradica el mercado millonario y secreto que lucra con la vida,
la salud y la autonomía de las mujeres; lo cual tiene un impacto diferenciado en mujeres pobres y jóvenes.
2. Posibilita a víctimas de violencia sexual decidir si continuar o no con un embarazo. Y, no necesariamente se debe
ser víctima de violencia, el derecho a decidir es incluso para embarazadas de forma involuntaria, que ejercieron de forma responsable su sexualidad con un método anticonceptivo y éste no fue óptimo.
3. En México no existe educación sexual integral. El intento
de que planes y programas de estudio aborden temáticas sexuales, contrastan con opiniones conservadoras que niegan que la vida sexual inicia, en la actualidad, en etapas tempranas y requieren de información oportuna. A falta de educación sexual, ésta se inicia, sin información para el cuidado de la salud y el uso de métodos anticonceptivos.
Menciono lo anterior para contar con elementos que permitan distinguir y analizar las diferencias entre penalizarlo o no y
con ello evitar opinar desde la ignorancia, la doble moral o con estereotipos y prejuicios, evitando la persecución penal a las mujeres, como una forma de estigmatización. Es ideal garantizar educación sexual, para impulsar y fortalecer el desarrollo psicosexual de las personas y contar con políticas públicas eficaces.
La discusión no es “aborto sí o no” porque éste ha existido y existirá. Despenalizarlo no es promover una vida sexual
irresponsable, no es un método anticonceptivo; es un tema de garantizar los derechos humanos de las mujeres para evitar 22 millones de abortos al año en condiciones de riesgo.
•Colaboradora de Integridad Ciudadana. Pedagoga y maestra
en A.P. Aliada LGBT+ Twitter: @PatS3110 @integridad_AC