Este 15 de septiembre, además de rememorar aquella epopeya de 1810- 1821 que nos dio patria y libertad, hay que recordar también que la ONU, en 2007, declaró ese mismo día como el Día Internacional de la Democracia.
En el evento del año 2018 el Secretario General,
Antonio Guterres, declaró preocupado que la democracia estaba mostrando más tirantez que en cualquier momento en décadas. Que por eso aquella celebración debía obligar a buscar maneras para restaurar su vigor y para encontrar respuestas a los riesgos sistémicos que enfrenta. Esto significa, declaró, encarar la inequidad política y económica; hacer nuestras democracias más incluyentes; y maquinarias innovadoras y proactivas ante sus desafíos emergentes.
En su mensaje relativo a la celebración de este
año, hace unos días, cuyo lema es “La democracia en tiempos de tensión: soluciones para un mundo cambiante”, el Secretario General de la ONU declaró que, en lo esencial, la democracia es patrimonio de la gente y estriba en la inclusión, la igualdad de trato y la participación, y es un elemento fundamental de la paz, el desarrollo sostenible y los derechos humanos.
Sin embargo, dijo, este Día Internacional de la
Democracia de 2019 coincidirá con una época en que escasea la confianza y abunda la ansiedad, que ve que no se resuelven los conflictos, que no se actúa ante la emergencia climática, que se dejan impunes las injusticias y que se reduce el espacio cívico. Finalmente, instó a todos los Gobiernos a que respeten el derecho a una participación más activa, sustantiva y significativa, y reconoció a quienes procuran incansablemente que eso suceda.
Del mismo modo, la AGENDA 2030 de la propia
ONU, con sus Objetivos de Desarrollo Sostenible, se hizo cargo desde su inicio, en 2015, del estado de la democracia en el mundo. Así, en su objetivo número 16, se pueden ver metas cuyo alcance y cumplimiento interesa a los demócratas del mundo pero que obligan a los gobiernos y partidos de todo el planeta, como las siguientes: reducir considerablemente la corrupción y el soborno en todas sus formas; reducir significativamente todas las formas de violencia y las correspondientes tasas de mortalidad en todo el mundo; garantizar el acceso público a la información y proteger las libertades fundamentales, de conformidad con las leyes nacionales y los acuerdos internacionales; crear a todos los niveles instituciones eficaces y transparentes que rindan cuentas; promover y aplicar leyes y políticas no discriminatorias en favor del desarrollo sostenible; pero sobre todo, garantizar la adopción de decisiones inclusivas, participativas y representativas que respondan a las necesidades a todos los niveles. Como puede Usted ver, la democracia en el mundo enfrenta retos ingentes. Piénselo al dar el grito el día 15.
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