Usar los tonos correctos pueden hacer lucir más jóvenes, saludable, vibrante y energéticos.
Suelen decirse que no hay segundas oportunidades para generar una primera impresión. Y los expertos en imagen lo saben.
“La imagen no solo está constituida de la apariencia física, sino de la actitud, la personalidad y del comportamiento”
Los colores son poderosos comunicadores visuales y emiten mensajes que afectan a las persona emocionalmente. Su simbolismo psicológico nos explica por qué esto es así:
Negro: Impactante y absorbente, úsalo para comunicar confianza y seguridad, especialmente en el ambiente laboral.
Blanco: Para vernos organizados, lógicos y con frescura. Puede indicar excesiva liviandad: combínalos con colores tierra.
Rojo: Es el color de las pasiones. Evítalo en momentos de conflictos, pero tenerlo en cuenta para una noche romántica.
Azul: Trasmite confiabilidad y estabilidad. Ideal para ocasiones formales, que requieran tranquilidad y neutralidad.
Verde: Valorado por sus cualidades de empatía, suele ser para personas tranquilas, con el don de escuchar al otro.
Amarillo: Muestra a una persona optimista, con ganas de aprender y de gran humor. Al igual que el naranja, levanta la energía positiva. Aplácalos con prendas neutras.
No subestimes el poder de una buena imagen, ya que no solo puede abrirte muchas puertas y ayudarte a destacar tus virtudes.
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