Dinero en los árboles

Las señoras de cierta edad en los pueblos de México usan una frase para aleccionar a los niños en torno a cuestiones administrativas: “¿Crees que el dinero crece en los árboles?”. No puedo evitar acordarme de esa frase cada vez que el gobierno mexicano anuncia una política nueva. Contratación de choferes de pipas. Muy bien. ¿Por cuánto tiempo? ¿Son empleos permanentes? ¿Ya no se van a usar los ductos? ¿De qué rubro presupuestal va a salir el sueldo? ¿A qué área de la administración pública le van a recortar dinero para pagarles?

Subsidio a los pueblos huachicoleros para que dejen de delinquir. ¿Por cuánto tiempo? ¿Qué Secretaría va a pagar eso? ¿Usted está de acuerdo en que se gasten sus impuestos de esta manera? Después de todo, no lo habían anunciado en campaña.

Pago de “adeudos salariales” a maestros de la CNTE para que no mantengan un bloqueo de las vías de tren en Michoacán. Se trata de una extorsión al gobierno de México en toda la regla, pero se optó por ceder al chantaje. El problema es que se abre la puerta para hacer lo mismo el año entrante. Ya saben que el gobierno federal no aplicará la ley. No hay dinero que alcance para sobornar a unos políticos dispuestos a impedir la circulación de trenes con alimentos.

Otra consideración es el presupuesto de egresos de la federación. Ninguno de estos programas estaba contemplado cuando se solicitó la aprobación presupuestal ante la Cámara de Diputados el año pasado. Entonces, hay de dos. O bien le van a quitar dinero a programas de gobierno ya existentes, o van a contraer deuda para pagar todas estas promesas nuevas. Si van a retirarle recursos a otras áreas de la administración pública, lo mínimo que habría que hacer es explicar por qué se les quita o por qué se consideran prioritarios unos programas sobre otros. Si van a contratar deuda, entonces habría que transparentar las condiciones en las que se contrajo.

No obstante, todas estas consideraciones parecen ausentes de la discusión pública. Como si el gobierno fabricara dinero o creciera en los árboles, se anuncian más y más gastos, pero no nos hemos enterado de planes para aumentar la recaudación tributaria. No se trata de incrementar las tasas impositivas, sino, por ejemplo, de un plan para combatir la evasión y la elusión fiscal por ejemplo. Esos temas no se tocan en las conferencias mañaneras.

Importa enterarnos de los mecanismos de financiamiento de los nuevos programas del gobierno mexicano. Teóricamente se despidió a decenas de miles de burócratas con una intención de austeridad. Se le recortó presupuesto a los organismos autónomos como el INE o el Inegi. De manera simultánea, nos avisan que gastarán en infinidad de proyectos nuevos. Algo no cuadra.