Dueño de sus silencios

Riéguelos. Cuídelos para que crezcan.

Porque vaya qué hay temas de los que callar, oh, Gran Tlatoani.

Lo de Minatitlán, como certeramente hizo ver, es uno.

Pero también está lo qué pasó pocas horas después en Comalcalco, donde asesinaron a dos mujeres y dejaron heridos de bala a un bebé de brazos y un niño de 10 años.

Más ampliamente, debe seguir callado sobre el tema que le planteó Jorge Ramos, ese cirquero: qué hacer con la violencia en lo inmediato, en el corto plazo, mientras funciona la Guardia Nacional que quedó a cargo de un militar en activo y por lo tanto no está dirigida por un militar, como ya nos explicaron algunas de las mentes más brillantes de la 4T.

O sobre el número de muertos que no crece aunque crezca, como ya nos explicaron otras de las mentes más brillantes de la 4T.

O sobre la reportera que lo interpeló en Veracruz para decirle que la acosa la administración de Cuitláhuac, ese hombre bueno. Lo de “Pero eso ya no se hace” que respondió usted tan escuetamente fue un desliz, pero no titubee, Padre de Pueblos: siga en silencio. Sobre eso y, tal vez, sobre los otros periodistas asesinados que antes asesinaban por culpa de la mafia en el poder y ahorita, pues supongo que obvi también.

También podría seguir en silencio sobre la caída de la recaudación fiscal; la disminución de empleos formales; el aumento de empleos informales; el retraso en la reaparición del lago de Texcoco y la aparición constante de datos sobre lo que nos va a costar la cancelación del aeropuerto; la bajada de turistas fifí; la CNTE; el regreso a la próspera tranquilidad de la profe Gordillo; Trump; las relaciones con España, y el resurgimiento de los Zetas. Y es que no hay que darles armas a los enemigos, Señor Presidente, y los trapos sucios se lavan en casa. Porque, a fin de cuentas, salvo por detallitos como la economía, la seguridad, el turismo, la educación, la relación bilateral con los Estados Unidos, la relación bilateral con España y la libertad de prensa, oh, Padre de Pueblos, tiene usted toda la razón: vamos muy bien.

Ya que estamos, también podría invitar a ser dueños de sus silencios a algunos de sus seguidores más conspicuos. A Jesusa Rodríguez, por ejemplo, con lo de las carnitas, los españoles y los aztecas veganos. Como a Epi Ibarra, con una capacidad para desenmascarar complós que un hombre de menos fe llamaría cínica y rupestre. O a la alegre muchachada que trabaja con Clau Sheinbaum y nos abruma con su sofisticación matemática: gracias a ellos descubrimos que más asesinatos cometidos este año equivalen a menos asesinatos cometidos este año, gracias a que se pondera algo que mi formación en el área 4 de la prepa y en Ciencias Políticas me impide entender.

Y es que tanta congruencia, tanta empatía, tanta agudeza crítica, caray: resulta abrumadora.

#Yonosoysepulcroblanqueado

#Exigirpazesconservador