Este lunes se celebró en la Sede de las Naciones Unidas, en Nueva York, la Cumbre sobre la Acción Climática ONU 2019. En este evento, 77 líderes mundiales presentaron sus planes para avanzar a la reducción de emisiones de carbono para 2050.
Las acciones presentadas son diversas y
muchas de ellas van enfocadas a una nueva política industrial basada en el desarrollo sustentable.
Por ejemplo, una medida concreta es la movilización de fuentes de financiación públicas y privadas
para impulsar la descarbonización de todos los sectores prioritarios. Esto se logaría mediante la aceleración del cambio de combustibles fósiles hacia energía renovable, además de la obtención de considerables ganancias en eficiencia energética. En concreto, se llama a los países del mundo a una transformación de industrias como la petrolera, siderúrgica, química y cementera a otras que generen emisiones de carbono en menores cantidades.
Esta claro que el cambio climático se asocia a los
procesos productivos de las economías del mundo como una explicación, pero además valdría la pena revisar cual es el impacto del cambio climático en las economías del mundo. Tal vez de esta menara los políticos de las grandes potencias mundiales prestarían más atención a las graves consecuencias de este fenómeno.
Hace un par de años se publicó un estudio que
analiza la relación entre las fluctuaciones históricas de temperatura y el crecimiento macroeconómico en el mundo. En este estudio, Marshall Burke, Solomon Hsiang y Edward Miguel, economistas de la Universidad de Stanford y de la Universidad de California Berkeley, sostienen dos ideas principalmente.
Primero, que el calentamiento global del siglo XXI
puede conducir a enormes impactos macroeconómicos a escala mundial. Las estimaciones son que, de seguir como estamos en cuanto a la generación de emisiones de carbono, el PIB per cápita disminuirá 23%, con la posibilidad de un impacto mucho mayor.
Segundo, tanto el tamaño como la dirección del efecto
de la temperatura dependen de la temperatura inicial.
Es decir, los países con una temperatura media anual
superior a 13 centígrados verán una disminución del crecimiento económico a medida que aumenten las temperaturas. Para los países más fríos, el calentamiento será una “bendición” económica. Esta respuesta no lineal crea una redistribución masiva del crecimiento futuro, lejos de las regiones cálidas y hacia las regiones frías. Según el análisis, los países ricos y pobres responden de manera similar a cualquier temperatura, pero el impacto del calentamiento es mucho mayor en los países pobres, ya que se encuentran principalmente en regiones que ya son cálidas.
Los estudios a este respecto no son conclusivos. Sin
embargo, el hecho es que habrá efectos negativos de seguir así y esta suposición de daños, tal ves desproporcionados, o no, tendría que generar un profundo análisis para la implementación de acciones contundentes.
•Postgraduada en la Universidad de Barcelona, y de
Harvard. Especialista en finanzas internacionales