Viajar por carretera es simular a un vuelo con alas motorizadas y un horizonte constante.
Paisajes que provocan la reflexión, y por qué no, un poco de imaginación.
▶ Así como cuando éramos niños y no dejábamos de ver la ventana e incluso con la cabeza de fuera para sentir el poder del viento.
Ya de grandes, no cambia mucho porque aunque finjamos actuar como adultos, nos gusta acelerar y tentar a la velocidad para imaginar que nos despegamos del asfalto.
Este es el trabajo del fotógrafo documental Ryan McGinley, de origen estadounidense, quien decidió en salir a viajar por las carreteras de su país, acompañado de amigos y modelos con el objetivo de capturar en imágenes su juventud y la aventura de los road trips.
Su trabajo es un ejemplo claro de la importancia de seleccionar un tema y desarrollarlo, como él, que lo inició desde 1998.
El camino siempre inspira, y un ejemplo de ello, es el de Walker Evans y Edward Weston, en los 30, que fueron apropiándose del tema de las carreteras.
O incluso hasta Robert Frank y Lee Friedlander que documentaron para entender mejor a su país y su gente.
Documentar para contar historias, fotografiar para conservar recuerdos y no olvidar.
Los viajes son tan cortos, los recuerdos se van borrando por cada kilómetro que avanzas.
Todos tomamos fotos de nuestros viajes, desde toda la vida. Hoy son más modernas, más estereotipadascon lo que estamos seguros nos darán Like.
Esa es una buena diferencia con un fotógrafo documentalista, pues él querrá captar la esencia, lo más natural posible, sin poses extravagantes. Insisto, documentar para armar un álbum de fotos de aquellos que se disfrutaban ver en casa después de un viaje, sin retoque alguno.
Viajar por carretera también implica aceptar que hay algo en el camino que vas dejando atrás y que voltear a verlo no es opción, puestoque tu mirada debe ir concentrada al frente.
Así el cabello de esta chica, que vuela con el viento y no la deja ver lo que a su paso deja atrás.
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