POR CARLOS JIMÉNEZ
El secuestro y asesinato de tres de sus hombres más cercanos provocó que Oscar Flores, El Lunares, se pusiera en evidencia ante las autoridades. Con un arma larga en
las manos, y aparentemente borracho, salía y entraba de su centro de operaciones en Peralvillo 33, sin importarle que lo vieran.
ContraRéplica obtuvo
un par de imágenes captadas la semana pasada, por las autoridades de inteligencia que siguieron
los movimientos del jefe de La Unión en Tepito.
En ellas se le aprecia con el rifle de
alto poder en la mano. Está parado afuera del inmueble en el que finalmente incursionó la policía de la Ciudad de México, la madrugada del martes.
Se le ve de negro, con una gorra del
mismo color y el arma. Viste igual que la noche en que fue captado con un policía capitalino, luego de que organizó el velorio para tres de sus sicarios, secuestrados en Garibaldi, asesinados y abandonados en Ecatepec
Los investigadores descubrieron
que El Lunares estaba molesto por la muerte de sus hombres, y que por eso se le veía retador. Al parecer borracho entraba y salía de Peralvillo 33, con su arma larga en la mano, sin que nadie le dijera nada.
Autoridades de la Secretaría de
Seguridad Ciudadana (SSC) revelaron ayer que el análisis de las cámaras de la ciudad, en esa calle, les permitió conocer en muy poco tiempo la cercanía que mantenía el jefe de la Unión en Tepito, con policías de la zona y la impunidad con la que se manejaba.
En una sola semana lo captaron a
él reunido con policías preventivos, y a su santero platicando con preventivos y también con el comandante de la zona de la Policías de Investigación (PDI), Juan Tomás Rangel Balderas.
Al descubrir el contubernio entre
El Lunares con los policías, la indagatoria para ir tras él fue cerrada a dos grupos especiales que trabajaron en conjunto.
Uno de ellos es encabezado directamente por el secretario Omar García
Harfuch. El otro, revelaron autoridades, es un Grupo Especial de Inteligencia capacitado por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la Secretaría de Marina (Semar).
Con el cruce de información entre
ambos grupos, García Harfuch dio la orden de apresurar el operativo, y así incursionar en el Barrio Bravo la madrugada del martes.
Horas antes, captaron a trabajadores de Oscar Flores metiendo aparatos
para gimnasio a Peralvillo 33.
Al ingresar a la zona de operaciones de El Lunares, los agentes lo hicieron sin informar a los elementos de la
Policía del sector. Aun así, el jefe de La Unión en Tepito, logró escapar.
Según el reporte de la SSC, el propio Juan Tomás Rangel fue tomado por
sorpresa a tal grado que, cuando llegó a la zona, no se le permitió el acceso.