Después de un debate irrelevante para la ciudadanía, en el que no se aportó ninguna sustancia para la discusión pública mexicana, la contienda interna por la presidencia del PRI renueva sus aires de farsa. Con un resultado predeterminado por un acuerdo con el Presidente de México para volverse la oposición servicial a su Gobierno, casi da pena el PRI. Casi.
Durante la celebración del no debate, Alejandro Moreno se las arregló para sorprender a todos con un discurso de una insignificancia intelectual más profunda de la que le suponíamos. No tiene en su círculo de aduladores uno sólo con la capacidad de redactar un par de propuestas sustentadas para que su jefe las lea. Moreno debería recordar que en la presidencia del PRI estuvieron figuras de la talla de Carlos Madrazo, Jesús Reyes Heroles o Santiago Oñate. Ni un posicionamiento sobre los problemas de México, ni un diagnóstico puntual de las razones del fracaso electoral priista en 2018 y 2019, ninguna formulación sólida de política pública o de reestructuración interna del partido. Mucha sonrisa y fanfarronería, frases cursis como “ave de paso”, pero nada de fondo.
Otro orador olvidable.
El vacío conceptual alrededor de Alito no es el único de sus problemas. Ya vimos que cuando resulte oportuno, no faltará quién difunda alguno de sus escándalos de corrupción, como esa mansión cuyo origen no ha logrado esclarecer a plenitud.
El resto del PRI no está en mejor situación. Uno a uno, sus figuras visibles se ven cada vez más pequeñas por conductas francamente cuestionables.
La semana pasada, El País difundió la noticia de una cuenta del gobernador del Estado de México en Andorra. Primero se negó la veracidad de la información, y luego el mismo gobernador se vio obligado a reconocer su existencia diciendo que “no fue la mejor decisión”. Pues no.
En el Senado, las cosas no marchan mejor.
El senador Miguel Ángel Osorio Chong está enfrascado en una guerra de declaraciones con el exgobernador Javier Duarte, quien lo acusa de haber pactado su fuga y posterior entrega. Osorio ya negó categóricamente los señalamientos de Duarte, pero el video difundido por el exgobernador veracruzano donde filmó los momentos anteriores a su entrega, arroja sombras de duda sobre la argumentación del exsecretario de Gobernación.
La mansión de Alito, la cuenta bancaria de Alfredo del Mazo en Andorra y las acusaciones de Duarte a Osorio golpean las aspiraciones presidenciales de los involucrados. Habrá quien piense que esto es una conjura contra el partido para someterlo mediante advertencias. Sí, nada más que la conjura no tendría éxito si las figuras más importantes del PRI estuvieran limpias. Para ser oposición, no pueden tener cola que les pisen.
Tristemente, el PRI de hoy sí tiene y mucha.
•Internacionalista y analista político:
@avila_raudel