El autor de La Delicadeza regresa con Hacia la belleza

¿Qué tan difícil puede ser para unhombre reconstruirse en soledad?

¿Hasta qué punto es posible que ante las decepciones de mundo, a veces cruel otras hostil, el arte, el conocimiento, la belleza en sí misma, puedan subsanar las heridas?

Hacia la belleza, la última novela del multipremiado escritor y músico francés, David Foenkinos explora el ansia por renacer en la soledad de un hombre, de una persona.

Antoine Duris es un profesor de arte que tras los reveses que le provoca el conflicto interno, filosóficamente asumido como un conflicto existencialista, abandona su cómoda vida en Lyon para emplearse como guardia de seguridad en el museo de Orsay.

Sin comprenderlo completamente, Antoine busca en el arte un consuelo, una forma de entender y ser en el mundo.

Sin saberlo se convierte en el héroe de sí mismo, en el ejemplo perfecto de cómo la belleza, “que está en todas partes”, puede cambiarlo todo, aunque a veces, para otros no sea suficiente.

Como su título lo insinúa, la última entrega del ganador del premio François-Mauriac, está profunda y bellamente escrita. Quizá en la narrativa de Foenkinos los adjetivos que se trazarían a lo largo de sus historias serían esas: belleza y profundidad, porque a través de situaciones que se antojan comunes y, para nada extraordinarias, puede tejer una detallada cartografía de los más profundos sentimientos y deseos humanos.

Se trata de una novela esperanzadora e imaginativa, en donde las referencias al arte de Amedeo Modigliani y la compleja relación que mantuvo con Jeanne Hébuterne se hacen patentes. En una entrevista el autor menciona que la humanidad experimenta una necesidad de retornar a la belleza. Tal y como sucede con Dios, quizá sea porque necesitamos creer en algo.