El boquete de Trump a la 4T

Por principio de cuentas, muy a su estilo bravucón, populista y cortoplacista, Trump nos hizo saber que ya está en campaña y amenazó con imponer aranceles a los productos mexicanos lo que, dado el nulo dinamismo de nuestra economía en el primer trimestre, significaba caer en una recesión grave.

Hasta donde los resultados se han hecho púbicos, el equipo encabezado por Marcelo Ebrard (que se rifó como los grandes, dado el desinterés de López Obrador por la agenda internacional) pudo conjurar la amenaza, pero no sin costos para México.

Pese a que las “becas y visas” para los migrantes centroamericanos fueron una constante en la campaña de AMLO, se aceptó que 6 mil efectivos de la Guardia Nacional se desplieguen en el sur; asimismo, y de manera muy velada, se cedió para que de facto México sea “tercer país seguro” (es decir que los migrantes ilegales no mexicanos que sean detenidos tratando de cruzar a Estados Unidos, permanezcan en territorio nacional hasta que se aclare su situación migratoria).

En el ámbito productivo las dificultades para frenar la amenaza de Trump, impactan de manera negativa en el atractivo de México para atraer inversiones. La facilidad con que Trump amenazó, de manera creíble, con imponer aranceles sacados de la manga le quita al país una de sus principales ventajas: ofrecer una plataforma de producción con acceso preferencial al mercado de Estados Unidos.

En su primera intentona Donald Trump evidenció la debilidad de la 4T, sin aliados internacionales, para soportar la presión del estadunidense por lo que, cada vez que haya un tema complicado en la agenda binacional o el presidente norteamericano necesite ganar popularidad con su base de electores, la economía mexicana va lidiar con amenazas y exabruptos similares. La elección en Estados Unidos es en noviembre, así que nos esperan meses muy complicados.

Y por si todo esto fuera poco, en algo que era previsible pero que se anunció en un momento particularmente sensible para México por el affair Trump, las calificadoras mostraron su preocupación por el manejo de la economía nacional.

Fitch le quitó el famoso “grado de Inversión” a Pemex, al bajar su calificación de “BBB” a “BB+”, señalando la debilidad del perfil crediticio de la empresa productiva del Estado así como el alto grado de intervención del Gobierno federal y la falta de contundencia para fortalecer su estructura de capital; asimismo, bajó la calificación para CFE de “BBB+” a “BBB” con perspectiva negativa. Por su parte, Moody’s cambió su perspectiva para Pemex de “estable” a “negativa”.

¿Y la respuesta de la 4T? pues después de una semana negra para el país, vinieron los llamados a la unidad. La unidad es muy necesaria, pero que sea dejando atrás enconos y divisiones artificiales (entre chairos y fifís, por ejemplo) para que nos permita a todos reflexionar, de manera humilde pero certera, sobre los errores que se han cometido en estos seis meses y que nos alejan del crecimiento económico que requiere México.

•Ex Secretario de Trabajo y Desarrollo Económico de

Puebla. Analista económico y de negocios

@MichelChain