El mexicano que hizo del desierto, palacios

Gabriel Sánchez Viveros es uno de esos talentos mexicanos, que abundan, pero se conocen e impulsan poco.

La inquietud creativa que habita en él desde que era un niño lo llevó a graduarse de la UNAM en arquitectura en 1984; a trabajar con la familia real saudí; a experimentar con los pigmentos; las técnicas; el papel; la escultura, el grabado e incluso el arte conceptual.

Para Gabriel, absolutamente todas las personas tienen un potencial creativo que explotan en diversas disciplinas, sin embargo el mayor grado de perfección se encuentra en la naturaleza siendo el artífice principal, Dios.

▶ "El arquitecto más grande que ha existido es Dios, para mí eso es la creación", aseguró el polifacético artista a ContraRéplica.

La naturaleza, la conciencia del ser, y sobre todo una ávida curiosidad por conocer el entorno que lo rodea, permitió que el mexicano, con sólo 30 años de edad pudiera llevar hasta Medio Oriente su propia perspectiva de lo que es el estilo mexicano, resaltando los acabados rústicos y los detalles en piedra.

En 1997 se le presentó por primera vez la ocasión de trabajar en un proyecto de seis meses para la familia real de Arabia Saudita, temporada que culminó 15 años después y que le dejó un amplio bagaje sobre el arte islámico y el conocimiento de técnicas en las que explora los efectos de los pigmentos y las plantas.

Sánchez Viveros aseguró que la arquitectura también es una forma de pensar en el Otro, en sus necesidades.

Es —dice— una relación en la que predomina el respeto.

"Nada es blanco o negro para mí la vida es una gama de colores con diversos matices. Cuando uno diseña un edificio tiene que pensar en las necesidades que tiene la persona que lo va habitar. En la arquitectura debe haber una relación de respeto".

El artista, quien en 2018 presentó en el Museo de las Culturas Populares Rojo: Historia sobre papel amate,revela en cada trabajo, su particular sensibilidad frente a las cosas esenciales de la vida y de la naturaleza.

Ágil conversador, creador inteligente y artista todo terreno, Gabriel guarda en su interior el secreto de lo que las generaciones del siglo XXI definirían como la clave del éxito: pasión, trabajo y humildad.