El reino de la oscuridad

Columnas miércoles 03 de abril de 2019 -

Tras una estadía de varias semanas en Madrid, regresé a Venezuela. Volví a lo que ahora podemos llamar el reino de la oscuridad. Justamente en el período de mi ausencia se produjeron varios apagones nacionales y para que no me quedaran dudas al respecto, 24 horas después de mi arribo a suelo venezolano he estado 4 días consecutivos sin el servicio eléctrico.

Vale la metáfora del reino de la oscuridad no sólo porque deja de llegar la luz eléctrica a residencias, industrias y comercio por igual, sino porque en general reina el sálvese quien pueda, que tan moneda corriente se ha hecho en la Venezuela chavista.

Reina la oscuridad en la propia información oficial.

El régimen de Nicolás Maduro sólo denuncia ataques de todo tipo contra el sistema eléctrico, pero no ofrece ningún esquema claro y confiable de cómo será el racionamiento.

Sencillamente se va la luz y no se tiene idea de cuándo volverá.

Hasta el día en que fue, finalmente, destituido el ministro de energía eléctrica, este 1 de abril, este señor no daba ninguna información sobre la crisis en el sector desde el 7 de marzo. En este tiempo, entre tanto, Venezuela ha padecido ya tres apagones que han involucrado al menos a 15 de los 24 estados que componen a este país.

Viví la oscuridad total. No sólo estuve cuatro días sin energía eléctrica, también dejaron de funcionar los servicios de agua, telefonía e internet. En esas horas sin luz no supe que ocurría ni en Venezuela ni en el resto del mundo, no pude comunicarme con mi familia en otros estados, no pude escribirme con mis colegas de otros países.

En ese reino de la oscuridad, en la cruel metáfora que hoy simboliza Venezuela, no hubo ningún plan de contingencia oficial. No salieron los militares ni la defensa civil a llevar a agua a los más necesitados, no hubo patrullaje especial en las calles, ni un pronóstico sobre cuándo se reestablecería el servicio.

Nada de nada. El Estado se internó en la oscuridad y dejó a los ciudadanos a la buena de Dios, como se dice popularmente en Venezuela.

Durante el mes de abril, según Maduro, habrá racionamiento eléctrico. Tácitamente ha reconocido la crisis y con la remoción del ministro del sector también admite el fracaso de su gobierno, pese a que mantiene un discurso fantasioso sobre presuntos ataques cibernéticos.

El chavismo, como siempre, le saca rédito político también a la tragedia humana. Más que estar preocupados y ocupados en dar respuesta a los ciudadanos en una situación sin duda de calamidad, el régimen busca responsabilizar a otros de la crisis, especialmente a Juan Guaidó que encarna la alternativa democrática.

Aprovecha Maduro el clima de desinformación, de oscuridad. La luz no sólo regresará con el servicio eléctrico, en realidad llegará a Venezuela con el cambio político.

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