El Señor Presidente dejó caer la hipótesis con esa suspicacia de viejo lobo de mar: no podemos estar seguros de que el sargazo que invade nuestra Riviera Maya sea un fenómeno natural. Se tenía que decir y se dijo, y quien lo dijo es quien ha llenado este mundo de verdad.
Y sí. A ver: si en la larga noche neoliberal el turismo estaba disparado y México escalaba posiciones entre los destinos más visitados, ¿se imaginan lo que va a ser esto, con las campañas brillantes impulsadas por el camarada Torruco en Sectur, los baños del aeropuerto Benito Juárez, el prodigio ingenieril de Santa Lucía y la posibilidad de compartir la playa con, digamos, un piquete de la Sección 22 de la CNTE invitado con dinero del erario público? Esto no lo detiene nadie. Italia, España con sus descompuestas playas mediterráneas, las islas griegas y las del Pacífico, por decir, se van a quedar despobladas de turistas: se los vamos a robar todos. ¿Qué hace el capitalismo internacional ante esta avanzada de turismo popular?
Sabotearnos. Estoy convencido de que el sargazo fue creado en laboratorios financiados por la CIA, que, ya nos lo han explicado eminentes figuras de la izquierda mexicana, no en vano rescató a varios científicos nazis.
Sí, puede verse la mano del nazifascismo neoliberal detrás del sargazo. Black ops.
Pero no solo del sargazo. Sabrán ustedes que Yucatán, ooootra vez, está con apagones.
No piensen que apagoncitos irrelevantes, circunstanciales. No. Hablamos de muchas horas a oscuras en amplísimas zonas del estado. ¿Incompetencia de Manuel Bartlett a cargo de la CFE? Nombre, cómo se les ocurre. El tío Manolo es un patriota y eso basta. Tampoco es que el carbón comprado a camaradas de Morena esté tardando en agarrar calor. No. Ya nos lo explicó el Tlatoani: no podemos descartar el… ¡sabotaje! Es el mismo sabotaje que tiene descompuestos los cajeros para hacer los pagos. Es la CIA. O el Departamento de Estado. Los de Homeland Security. Vayan ustedes a saber. Pero son los mismos, se los firmo, que, como ya nos explicó el camarada Epigmenio Ibarra, promueven una violencia ficticia para desacreditar a la 4T con sus estrategias de seguridad, hagan de cuenta que repartir cash y hacer llamados a las madres de familia no sirviera para nada. Son los mismos que hacen aparecer cerros y desploman los ingresos de Pemex. O, para el caso, los que hackean las cuentas de los intelectuales afectos, las llenan de errores de puntuación y ortografía, pese a sus doctorados Ivy League, y los hacen ver como populistas conversos al cristianismo, y no como los promotores de la igualdad de derechos, libertarios y alivianados, verdes, casi que neojipis, que eran antes de la 4T.
¿Hay solución? Sin duda. Creo, Señor Presidente, que urge conformar un cónclave de expertos en seguridad y contrainteligencia que desnude esas conjuras. Puede encabezarlo Epigmenio, experto en las artimañas de la CIA, yo diría que con Alfredo Jalife como brazo derecho, porque, digámoslo de una vez, los Sabios de Sión, que luego hacen hasta sacrificios rituales de niños cristianos, son claramente actores en esta peligrosa puesta en escena. Podrían reforzarlos los youtubers de izquierda, tan brillantes.
Pero el tiempo apremia, Líder Eterno.
Porque si triunfa esa campaña negra, va a parecer que no tenemos ni una vaga idea de cómo resolver esto; que reina la incompetencia. Y pues vaya injusticia.
#Elsargazoesneoliberal